El pasado 11 de agosto se fue la sonrisa del Cine, el cómico más grandes de la historia y un mito de mi infancia… Robin Williams. A pesar de que pronto se cumplirá un año de su desaparición, aún siguen saliendo a la luz asuntos relacionados con él. En este caso hablo de unas notas que el actor fue dejando por distintos rincones de su casa horas antes de que se suicidara. Lo tenía todo pensado, abandonar este mundo pero dejando "miguitas de pan" que son el reflejo de su dolor, siempre intentando hacer reír, no podía ni decir nada sobre su enfermedad, tan solo pudo escribirlo.
"Es hora de irse", este es el escalofriante mensaje de una de esas notas. Las dejó por su casa con intención de que fueran encontradas por su familia. Ahora han salido a la luz como una prueba más del sufrimiento que escondía este pedazo de artista, un hombre capaz de ocultar su depresión con tal de hacer felices a millones de personas.
"He terminado con todo"… el actor que ha encarnado papeles como el Patch Adams o a la leyenda Peter Pan en Hook fue diagnosticado con Parkinson, enfermedad que le debilitó el ánimo de una manera pasmosa. Su familia así lo confirma, diciendo que el actor estaba bajo un sufrimiento emocional grandísimo. A sus 63 años nos dejó, la enfermedad y la depresión acabaron por empujarle al suicidio.
Quiero pensar que no se suicidó por su enfermedad ni nada, pienso que esta persona vivía por las risas, por los aplausos de la gente, por hacer feliz a los demás, y el no poder hacerlo debido a su depresión fue como un yunque sobre él.
Muchos medios hablan de que se suicidó porque tenía un equipaje emocional muy abultado, que si una infancia triste, sus problemas con el alcohol y las drogas…el profesor Keating tenía sus problemas, eso es innegable, pero tal y como se expresa en El club de los Poetas Muertos, hay que luchar por encontrar la voz de uno mismo y seguirla, Robin lo tenía claro: hacer reír por encima de todo, emocionar y llenar de felicidad a todos.
Era una persona egoísta en ese sentido, quería siempre lo mejor para todos, ese beneficio era recíproco pues su depresión se mitigaba con las sonrisas a su alrededor. Con el diagnóstico de la desdichada enfermedad se vino abajo, vio que no podría seguir haciendo lo que más le gustaba y antes de defraudar a nadie prefirió quitarse la vida.
Se te echa de menos Robin, muchísimo.