Este jueves 18 de enero dará inicio en la Audiencia Provincial de Lleida el juicio contra los primeros supremacistas blancos juzgados en España. La Fiscalía pide pena de 10 años y 8 meses para Carlos A., mientras que a William R. le exigen 5 años y 10 meses.
Además del delito de odio, a los acusados se les imputan los delitos de tenencia de armas y tráfico de estupefacientes por la marihuana que supuestamente cultivaban en una masía donde trataron de montar una comunidad "similar a una milicia". "Prepararnos para cualquier tipo de colapso del sistema o escenario que este nos plantee, incluidas hipotéticas guerras raciales.
Somos racistas", rezaban sus comentarios.
Las autoridades incautaron varios tipos de armas
Detalla la Fiscalía que al momento de ser detenidos por la policía, a los supremacistas les fueron incautados casi un kilo de estupefacientes. En ese entonces las autoridades se llevaron un revólver, además de un trabuco de imitación, una espada y dos punzones.
En un escrito divulgado por el Ministerio Público se alega que ambos ciudadanos se pusieron de acuerdo para difundir en redes sociales contenido racista y xenófobo. En sus mensajes, los supremacistas reafirmaban la necesidad de exterminar a las personas no blancas, homosexuales, discapacitadas o procedentes de países no europeos.
En este contexto adquiere notoriedad que los acusados expresaron en reiteradas ocasiones su admiración por el australiano Brenton Tarrat, quien en 2019 ejecutó un atentado contra dos mezquitas en Nueva Zelanda.
De la misma manera, Carlos A. y William R., manifestaron su simpatía por el noruego Anders Breivik, el terrorista que en 2011 terminó con la vida de 77 personas.
Los acusados incitaban a la violencia contra los extranjeros
En los informes presentados por la Audiencia de Lleida se detalla que William R. fue autor del texto titulado 'Un proyecto de vida heroico', un documento donde daba por sentado el inminente colapso que ocurriría en España debido a la llegada masiva de extranjeros. La fiscalía sostiene que este sujeto compartió el documento en un canal de Telegram, llegando a contar hasta con 850 seguidores.