Una fortuita prueba de ADN llevó a un amargo descubrimiento a una familia de Utah, Estados Unidos, que se enteró de que su hijo, nacido a través del método de fecundación in vitro, no es propio. El matrimonio de Vanner y Donna Johnson, por diversión, compró un kit de pruebas de ADN llamado '23andMe' y el resultado dejó sorprendida y devastada a la familia: el niño no era hijo del hombre.
El juego en familia dio como resultado “padre desconocido” y sus dos hijos aparecían como “medio hermanos”.
En 2007 la pareja se sometió a un proceso de fecundación in vitro
El matrimonio Johnson ya tenía un niño y en la búsqueda del segundo hijo recurrió al método de fecundación in vitro. Para el tratamiento, se pusieron en manos del Centro de Medicina Reproductiva de la Universidad de Utah en el año 2007, fruto del proceso nació su segundo hijo, hoy de doce años. Años después, compraron el test de ADN, cuyos resultados movilizaron los cimientos familiares: Vanner, sobresaltado, no tuvo otra que preguntarse qué significaba, siendo él el padre del niño, la frase “padre desconocido” que aparecía en la página del '23andMe'.
Vanner y Donna comentan que cuando se recurre a este método "entiendes que existe esa posibilidad, pero es muy remota". Pero la remota pesadilla se hizo realidad al descubrir que su niño no era su hijo en realidad.
Resultados de ADN muestran que Vanner no es padre del niño
El frío texto del resultado del análisis de ADN informó que Donna tenía dos hijos. A su vez, Vanner tenía un solo hijo y los Niños entre ellos eran medio hermanos y el menor tenía “padre desconocido”. "Entendimos que algo debía estar mal", dijo Donna Johnson: Vanner descubrió que no era el padre biológico de su hijo. "Hubo muchas emociones que tuvimos que superar”, explica el hombre, “el amor por nuestro hijo no ha cambiado…” Sin embargo, la duda existe: “¿cómo pudo suceder, por qué y qué hacemos ahora?
" se pregunta el desolado padre.
El matrimonio Johnson esperó más de un año para dar la noticia a su hijo, que ahora tiene 12 años. El niño ya conocía el resultado, y ambos entendieron que el amor que se profesaban no había cambiado. La familia no dejó ahí las cosas y recurrió a otro análisis de ADN para buscar al verdadero padre biológico del niño. Vanner comenta que quería que el niño supiese que “tenía algún medio hermano allí fuera, alguien más a quién amar”. Los nuevos análisis probaron que otro matrimonio había estado en la misma clínica en el mismo momento: Devin McNeil y su esposa Kelly.
Las dos familias descubren el error de la clínica
Ambos matrimonios, los Johnson de Utah y los McNeill de Colorado, comenzaron a armar el rompecabezas para descubrir el error y la responsabilidad del Centro de Medicina Reproductiva de la Universidad de Utah, que habría fertilizado los óvulos de Donna y de Kelly a través de otro hombre: Devin McNeil.
Hoy están iniciando sendas demandas contra el instituto dependiente de la Universidad de Utah, por todo el dolor y el sufrimiento que las familias están atravesando a causa de ese inexplicable “error”.
Inclusive Donna muchas veces se arrepiente de ese juego, de esa inocente diversión que desveló esa dura realidad: “pero ya sea ahora o en 20 años, se habría sabido” reflexiona la Mujer, “no creo que hubiera habido una forma en la que hubiéramos evitado no saberlo".