Dos buceadores, creyendo que habían encontrado unas simples y viejas monedas de diez céntimos o brillantes conchas de nácar, no salían de su asombro al enterarse que en realidad se trataba de un valioso y muy antiguo hallazgo arqueológico: monedas romanas. Se trata de César Gimeno Alcalá y Luis Lens Pardo que estaban haciendo las prácticas de su deporte favorito, el buceo, cuando en una inmersión se encontraron el brillante tesoro: ocho monedas de oro en Portichol, en Jávea, Alicante.

Al principio creyeron que eran viejas monedas de 10 céntimos

En realidad, primero recogieron solo dos de las supuestas monedas de diez centavos, pero grande fue la sorpresa cuando vieron que en la cara de ellas tenían acuñado un rostro romano.

Así, volvieron al sitio y dieron con ocho monedas en total que estaban entre las piedras del lecho marino, que fueron el punto de partida para descubrir un tesoro aún mayor, consistente en 53 monedas de oro de la época romana.

La honestidad de los buceadores evitó el expolio

Los dos buceadores, cuando encontraron las primeras monedas, dieron aviso a las instituciones correspondientes para continuar con la búsqueda del tesoro sumergido.

Así se activó el protocolo de la Dirección General de Cultura y Patrimonio y arqueólogos de la Universidad de Alicante, quienes con la colaboración del Ayuntamiento de Jávea y los GEAS de la Guardia Civil completaron el rescate. Se trata del mayor conjunto de monedas romanas no solo de España, sino de toda Europa.

Además del rescate del antiguo tesoro de monedas de oro de la antigua Roma, el alcalde de Jávea José Chulvi resaltó la honestidad de los dos buceadores.

El alcalde reflexionó que el descubrimiento de las monedas hablaba también de dos importantes hallazgos, porque también había sido realizado por “dos personas íntegras”.

Un sueño de niño cumplido

César Gimeno Alcalá explicó que cuando notaron los cuños romanos sintió que se hacía realidad un sueño de niño, la de encontrar un valioso tesoro y que el corazón le dio un vuelco por la emoción.

Pero además, la aventura fue completa gracias al reconocimiento por la actitud que tomaron los buceadores de no quedarse con las monedas, sino consignarlas a las autoridades municipales y universitarias. El alcalde habló sobre la importancia de la actitud de César Gimeno Alcalá y Luis Lens Pardo, que no solo dieron aviso del hallazgo del tesoro sino también colaboraron con el rescate con discreción para evitar el robo y el expolio del patrimonio histórico.

Según el análisis del departamento de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante las monedas de oro romanas datan del siglo IV e inicios del V, el llamado período ‘tardorromano’. El estado de conservación de las monedas es excelente y hasta permite identificar los períodos de los gobiernos de los emperadores Valentiniano I y II, Todosio, Arcadio y Honorio.