El pasado mes de junio, una noticia sorprendía a los vecinos de la localidad murciana de San Javier. Ahora conocemos que la Mujer que quemó a su hija ha fallecido por COVID. Aquél fatídico día de junio, Sandra, la víctima del suceso dormía en su cama cuando su madre, una septuagenaria problemática, prendía fuego a su colchón "para despertarla". La mujer ha fallecido meses después a causa del COVID-19, según indican fuentes cercanas a este caso que acabó con la vida de Sandra.

La septuagenaria que ha muerto quemó a su hija

La madre de Sandra fue ingresada tras este incidente que le costó la vida a su hija, en el hospital Los Arcos del Mar Menor y, ella misma, pidió al centro hospitalario el alta voluntaria.

La Guardia Civil se percató de esta circunstancia y al poco tiempo, la vecina septuagenaria de San Javier fue localizada y arrestada por los agentes de la Benemérita.

Tras su arresto, la mujer fue internada en un psiquiátrico

El Juzgado de Guardia, que se hizo cargo de este caso, ordenó que la vecina de esta localidad de Murcia, la madre de la fallecida Sandra, fuera llevada e internada a un centro psiquiátrico. Meses después, la mujer ha fallecido como tantas otras personas, a causa del COVID-19. En el momento de los hechos, la vecina de San Javier presentaba algunos problemas de salud, aunque no de COVID, pero sí problemas físicos como un deterioro cognitivo y especialmente, dificultades en su movilidad.

Cuando la mujer falleció, el pasado mes de noviembre, se encontraba interna en una residencia-hospital de un municipio de la costa.

En el mes de octubre, uno antes de su deceso, la jueza que estaba a cargo de este caso le tomó declaración. El procedimiento hubiera seguido su curso habitual llamando a los testigos y vecinos a declaración pero el fallecimiento de la sospechosa de la muerte de Sandra, su hija, hace que cualquier tipo de responsabilidad penal quede extinguida.

Los vecinos de Sandra y su madre lo tenían muy claro, ya que algunas de sus palabras eran: "Va a pasar un día algo, una desgracia" y así fue como sucedió el pasado mes de junio. Estos vecinos que vaticinaron lo que ocurriría tiempo después, eran los mismos que llamaban a la Policía Local alertando que notaban algo extraño en el domicilio, de la calle Mártires, donde vivían solas las dos mujeres, madre e hija.

La señora fallecida era fumadora compulsiva y, según los vecinos, un peligro. En alguna ocasión ante los agentes, manifestó su deseo de volver a la residencia donde había llegado a estar ingresada. Desde hacía meses, antes de que acontecieran estos sucesos, un juzgado de San Javier estudiaba la solicitud del fiscal para tramitar la incapacidad de la mujer y de su hija, pero este proceso quedó paralizado debido al estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus; la misma que se ha cobrado la vida de la mujer septuagenaria de San Javier y, que a consecuencia de este deceso, ya no podrá ser juzgada por la muerte de su hija.

Oficialmente no tenía diagnosticada ninguna discapacidad

El día de los hechos, la señora contó a la Policía que ella misma había prendido fuego con su mechero al colchón donde dormía su hija.

Sandra, la víctima mortal, fue trasladada al hospital donde llegó viva, pero falleció al no sobrevivir a las graves quemaduras. Sus compañeros del Ayuntamiento, donde trabajaba como conserje, se encargaron de juntar dinero y comprar flores para su compañera fallecida. Sandra tenía una discapacidad. El consistorio le ofreció la posibilidad de vivir en un piso tutelado, pero la joven rechazó esta propuesta, ya que no quería dejar a su madre sola.