La pandemia por COVID-19 soprendió al mundo. Irrumpió de manera veloz, y obligó a tomar medidas de preservación colectiva de la salud muy pocas veces vividas. Durante los más de nueve meses en que el mundo está atravesando esta situación sanitaria, se han aplicado distintas políticas en materia de salud que, con el paso de los meses, se fue notando un cierto relajamiento por parte de la población en el acatamiento y cumplimiento de las normas.

Cuarentena estricta, cierre de actividades económicas, imposibilidad de visitar a familiares y allegados, significaron gran parte de este año, como parte de una política sanitaria que los expertos elaboraron para garantizar la salud entre los españoles.

Sin embargo, la cercanía de las fiestas navideñas y de fin de año, sumado a que la vacuna sigue sin aparecer, han llevado a las personas a una situación de cansancio y hastío contra el cumplimiento de las normas.

Lo que desde marzo, cuando el Gobierno decidió aprobar el estado de alarma era responsabilidad social masiva, temor y conciencia, hoy se ha tornado en apatía y se está comenzando a notar un hartazgo generalizado por parte de la ciudadanía, lo que ha llevado a algunos expertos de la salud a denominar como "fatiga pandémica."

Cumplir las normas sanitarias

Durante las últimas semanas, el Gobierno ha elaborado distintos protocolos y normas para poder garantizar las entrada y salida de ciudadanos que garanticen que durante las fiestas visitarán a familiar y/o allegados, y que el traslado no sea de carácter vacacional.

Sin embargo, esto suscitó debates entre los sectores sociales que plantean continuar con la rigurosidad de las políticas sanitarias, su acatamiento, y la realización de test, frente a sectores de la ciudadanía que se muestran apáticos y hasta enojados con la continuidad de normas que limitan los traslados y las conductas.

La Organización Mundial de la Salud al percibir este tipo de conducta y situación sanitaria en varios países, ha salido a expedirse y confirmar que, efectivamente, existe una desmotivación gradual en relación a los protocolos y normativas que los gobiernos implementan para reducir el riesgo de contagio de Coronavirus, como así también, su circulación.

Síntomas del cansancio

El Instituto Carlos III ha difundido datos alarmantes y muy gráficos sobre la situación generalizada de fatiga, y allí se ha mostrado que la percepción de riesgo de contagio y de gravedad de la pandemia, se ha reducido un 36% entre los ciudadanos que ahora se muestran más "acostumbrados". Además, preocupa la reducción de la periodicidad con que el ciudadano busca información sobre coronavirus, en donde solo el 34% de los consultados realiza búsquedas de manera permanente.

Se acercan las fiestas y el Gobierno ha garantizado la posibilidad de circulación con protocolos y test médicos, por lo que se solicita a la ciudadanía continuar colaborando con la situación sanitaria del país desde el cuidado individual.