Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) consumir patatas con zonas verdes o brotes puede ser perjudicial para la salud. En un informe publicado en su sitio web, el organismo advirtió que tanto en los brotes como en las zonas verdes se acumulan los glicoalcaloides, sustancias tóxicas cuyo consumo puede producir molestias gastrointestinales como vómitos, náuseas o diarrea.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se ha extendido también al respecto, informando que los glicoalcaloides son una familia de compuestos que suelen estar naturalmente en las patatas, encontrándose en mayor cantidad las llamadas alfa-solaninas, las cuales se acumulan en los brotes que aparecen cuando las patatas llevan varias semanas de cosechadas y están germinadas.

Se recomienda no comprar ni almacenar grandes cantidades de patatas

En ese sentido, la OCU ha recomendado a la población no comprar grandes cantidades de patatas aunque se consigan a buen precio si se considera que no se van a consumir en la semana. Según la organización, es preferible adquirir menos cantidad o solo lo que se consumirá en los próximos días, para evitar que aparezcan brotes en las patatas y por lo tanto se vuelvan tóxicas. Del mismo modo, se recomienda a los consumidores no comprar patatas cuando vean que tienen zonas verdes o estén germinadas.

Lo ideal es almacenar las patatas en lugares secos, aireados y sin luz

En cuanto al almacenamiento en casa, el organismo ha recomendado que las patatas se guarden en lugares ventilados, frescos y secos, donde preferentemente no dé la luz.

De esa forma, se prolongará la vida útil de estos tubérculos. Por otra parte, la OCU ha comentado que no se recomienda el almacenamiento de las patatas en la nevera, ya que las bajas temperaturas favorecen la aparición de azúcares que estropean el alimento.

Para prolongar la vida útil y reducir el contenido de los glicoalcaloides, desde la OCU recomiendan pelar, cocer y freír las patatas.

Según una Investigación científica llevada a cabo por el organismo, al quitarles la piel se reduce el contenido de glicoalcaloides entre un 25 y un 75%, al pasarlas por agua hirviendo entre un 5 y un 65% y al freírlas, entre un 20 y un 90%.

Los más perjudicados por consumir patatas con brotes son los niños

En cuanto a la cantidad de glicoalcaloides que hace falta ingerir para sentir malestares gastrointestinales, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha explicado que esta variable depende del peso de la persona.

De esta forma, consumiendo un miligramo de glicoalcaloides por kilo de peso corporal al día, ya se observan efectos no deseados, como náuseas, vómitos o diarrea.

En ese sentido, los más afectados por consumir patatas con brotes o zonas verdes son los niños, ya que al tener peso mucho menor que los adultos, se verán más afectados por las altas concentraciones de glicoalcaloides. Se estima que las personas adultas deben consumir grandes cantidades de patatas germinadas para padecer los síntomas descritos.