Las cosas van a cambiar en todo sentido, hasta en lo más simple como lo es el vaso donde sirven el café. A partir del año 2023 si quiere esta bebida tan famosa para llevar, deberá pagar la tapa y el vaso. El agua para beber solo se venderá al consumidor después de haber ofrecido agua de grifo. En el caso de que se contamine el ambiente, las multas serán de acuerdo al grado de la infracción y al tipo de contaminante y la disposición en el ambiente del mismo.

Plásticos de un solo uso y las pajitas serán prohibidos

Esto y mucho más es lo que contiene lo que será conocido como Ley de Residuos y Suelos contaminados y al parecer será hoy martes cuando se apruebe este anteproyecto.

Entre los aspectos contemplados está lo referente a los envases de plásticos que las personas llaman de un solo uso y las peligrosas botellas de plástico que será en año 2025 cuando se tengan que reciclar de manera obligatoria, recogiéndose esta de forma separada.

Las reforma más cercana están las que se aplicaran a mediados de 2021, cuando se prohibirá el uso de pajitas, utensilios desechables de plástico de poliestireno y todo lo semejante que incluye hasta agitadores, platos y cubiertos de plásticos. La prohibición también aplica para el uso de plástico oxodegradable y tipos de elementos con microplásticos. Este nuevo esquema de uso del plástico tiene como objetivo reducir el uso del carbono y ajustarse a los lineamientos de la Unión europea para las restricciones del plástico de un solo uso.

Entre las principales metas están la protección de la naturaleza y la salud, así como minimizar el impacto ambiental tanto en el espacio de los humanos como el de los animales incluso a nivel marino.

Agua del grifo será la primera opción

El alcance de estas medidas es estricto tanto así que los vasos y las cajas usadas en la comida para llevar se utilizarán de manera muy limitada.

Se espera que para el año 2026 se haya reducido su uso en un 50%. La idea es usar otro material que no sea plástico y que no dañe la salud ni al ambiente. Como tendrán un costo adicional en el caso de las que sean permitidas, el uso se reducirá en gran manera y las personas optarán por otra manera de llevarlas.

Además consumir agua del grifo siempre será la primera opción a menos que el cliente exija agua embotellada.

Lo mismo aplica en la destrucción de alimentos perecederos, estos se regirán bajo otros lineamientos y no podrán ser desechados como se hacía hasta ahora. Las multas por violar estas leyes ascienden desde 1.000 hasta 2.000.000 de euros dependiendo del tipo de contaminación y la gravedad de la infracción. Los productos peligrosos y el efecto causado en el ambiente serán variables para estas multas y conviene analizar bien este anteproyecto.