Es uno de los juicios más esperados del año judicial: el del “coño insumiso”. En realidad, un juicio que se parece más a una guerra ideológica que a un juicio en contra la libertad de expresión.

El juicio en el que tres actividades del movimiento feminista han tenido que sentarse ante un juez para dar explicaciones sobre la organización de una especie de procesión con una vagina, realizada en plástico,no ha sido el típico juicio que se celebra todas las semanas.

Finalmente, el juez ha decidido absolver a las tres activistas feministas al no considerar que existiera delito

Ha tenido lugar una vista oral, con las acusadas sentadas en el banquillos, abogados y la presencia de fiscales, además de una petición de condena económica de 3.000 euros para cada ua de las activistas por realizar un delito en contra de los sentimientos religiosos (además del año de prisión que piden los denunciantes, la organización de abogados cristianos, por un delito de odio). Por el momento, el juez encargado del Juzgado de lo Penal número 10 de la ciudad de Sevilla, ha dejado el caso visto para sentencia.

Pero más allá de un enjuicimiento de las activistas feministas, Rocío Ballesta, Antonia Ábalos y Olga López, las puertas del juzgado se convirtieron en un verdadero campo de batalla entre dos ideologías, con momentos de mucha tensión entre ambas partes, con insultos e gritos, faltas de respeto y amenazas.

Por un lado, aquellos que defienden la criticada “performance” que era un especie de procesión de la cofradía del santísimo “coño” insumiso y del santo entierro de todos los derechos sociolaborales. Dicha performance no era más que una manifestación por parte de feministas y activistas de izquierdas que forman parte ee la Asociación APHDHA (Pro Derechos Humanos de la comunidad de Andalucía).

Se han encontrado con el apoyo, inclusive, de las mediáticas Pussy Riot, muy conocidas a nivel mundial por sus protestas en contra de las medidas tomadas por Vladimir Putin, presidente de Rusia.

El juicio dejó claro que existen dos Españas todavía

Y, por el otro lado, aquellos que consideran que dicha performance solo fue una provocación y que se convirtió en una auténtica ofensa para los creyentes católicos y fue un ataque en contra de su libertad de expresión. Al menos, esa fue la excusa por parte de la Asociación de Abogados Cristianos para interponer una denuncia, conocido grupo partidario de una ideología de derecha radical que tiene el apoyo expreso del partido de Abascal, VOX.

Ambos grupos se desafiaron en las puertas de los juzgados ubicados en la avenida de la Buhaira, donde unos llevaban carteles a favor de la libertad de expresión y otros a favor del respeto de su creencia religiosa. Un verdadero enfrentamiento que acabó con insultos y empujones ante las cámaras de Televisión.