Una familia ha decidido reclamar el piso en el que vive, en la localidad de Lleida, a un fondo buitre que lo ha comprado por unos 6.000 euros. La vivienda se subastó hace 35 años sin que ninguno de los miembros de la familia tuviera conocimiento. Ahora reclaman que tienen derecho de usucapión, ya que viven en la mencionada vivienda desde el año 1971.

La familia ha decidido reclamar la propiedad de la vivienda en la que viven desde hace casi cinco décadas en el barrio popular de Balàfia, en el municipio de Lleida. Lo han hecho después de enterarse que un fondo buitre había adquirido la vivienda en el año 2017 por poco más de 6.000 euros.

Una cantidad irrisoria para el posible valor que tiene la vivienda.

La vivienda familiar había sido subastada hace 35 años sin que tuvieran conocimiento la mujer y sus hijos

La familia no sabía que la susodicha vivienda había sido subastada hace casi 35 años y que desde ese momento pasó por manos de tres compradores sin que la familia tuviera ningún conocimiento.

La empresa que ha comprado la vivienda ha solicitado a la madre de la familia, que tiene 73 años de edad, un alquiler por un valor económico de entre 300 y 350 euros al mes. Sus hijas han explicado que su madre no puede pagar dicha cantidad, ya que recibe una pensión de incapacidad de solo 400 euros.

Por otro lado, aseguran que su madre tiene derechos sobre la vivienda, por usucapión, un mecanismo completamente legal por el que una persona se convierte en la propietaria de una vivienda por haber realizado uso de la misma durante un periodo largo de tiempo.

La familia ha planteado esta posibilidad este mismo jueves en el Juzgado de Primera Instancia número 7 de la localidad de Lleida. Si el juzgado lo considera así, las hijas van a tener derecho a usar lo que se conoce como retracto: comprar la vivienda del fondo buitre al mismo precio que este la había adquirido.

Las hijas y la madre han estado acompañadas en todo momento por miembros de la PAH

Según ha explicado la familia, la vivienda salió a subasta en el año 1984, sin que ni la madre ni sus hijos tuvieran conocimiento de ello. Sin duda, una situación extrema.

La pesadilla de la familia se inició cuando el matrimonio se divorció y la vivienda quedó como propiedad del marido, aunque la madre y los cinco hijos del matrimonio tenían derecho a residir en la vivienda (en ese momento, todos los hijos eran menores).

Los hijos pensaban que el padre había estado pagando las cuotas hipotecarias a lo largo de estos años y la madre siempre se hizo cargo de los gastos de comunidad y suministros. Pero la realidad era que la vivienda salió a subasta por el impago de la hipoteca. Todo salió a la luz al recibir la reclamación de un fondo buitre en el año 2017.