Japón ha logrado reanudar la caza comercial de ballenas después de treinta años de prohibición. Los barcos con bandera japonesa podrán cazar hasta 227 ejemplares hasta que termine el año 2019, eso sí, siempre en aguas territoriales del país nipón. Hace unos meses Japón tomó la decisión de retirarse de la CBI para poder retomar la caza de ballenas con un objetivo comercial.
Malas noticias para las ballenas y para los amantes de la biodiversidad del planeta: este mismo lunes, las autoridades niponas han anunciado que desde hoy y hasta final de año los barcos que naveguen bajo su bandera podrán capturar hasta 227 ballenas con un objetivo comercial, por primera vez desde el año 1988, y tras la decisión por parte del Gobierno de Japón de abandonar la CBI (siglas de Comisión Ballenera Internacional).
La Agencia Pesquera del país nipón ha informado que los ejemplares que va a capturar su flora serán 52 ejemplares de la especie Minke, 25 de Rorcual Boreal y 150 de Rorcual de Bryde.
La caza solo se podrá llevar a cabo en aguas territoriales del país, de manera que se garantice la sostenibilidad de los mencionados cetáceos. Seguirá estando prohibido capturar ballenas en aguas del hemisferio sur o en el océano Antártico.
Los animalistas consideran que esta es una mala noticia, ya que los datos sobre el número de ejemplares que hay son muy negativos
Teniendo en cuenta los datos presentados por una comisión internacional y citadas por la propia Agencia Pesquera, de la especie Minke habría 20.513 ejemplares; de la Rorcual Bryde, no llegarían a los 34.500 ejemplares y de la Rorcual común, un poco más de 34.700 individuos.
Japón anunció el pasado 26 de diciembre que tomaba la decisión de abandonar la mencionada CBI
El país asiático pertenecía a la Comisión Ballenera Internacional desde el 21 de abril del año 1951. Japón siempre había respetado la moratoria que no permitía la caza comercial de ballenas desde el año 1982, que en el año 1986 entró en vigor, y a la que el país nipón acabó uniéndose en el año 1988.
En ese momento, Japón comunicó que seguiría con su actividad ballenera con un único objetivo científico, pero varias organizaciones animalistas han demostrado a lo largo de estos años que, en realidad, muchas de las ballenas cazadas acababan siendo vendidas.
La retirada del CBI fue después de varias amenazas por parte del Gobierno de Japón y tras el poco éxito que tuvieron las autoridades japonesas a la hora de convencer a otros miembros con el objetivo de modificar la susodicha moratoria para no cazar ballenas y permitir que se llevase a cabo una pesca regulada por parte de la propia CBI.
Esta decisión por parte de Japón continúa una corriente de otras naciones que han abandonado la mencionada comisión por distintas razones. Canadá, por ejemplo, se retiró en el año 1982 al no estar de acuerdo con los métodos que se seguían para organizar la moratoria y no ser interesante para la industria ballenera. Canadá prohibió la caza de ballenas en el año 1972, pero países como Noruega siempre han mantenido la caza comercial de ballenas a pesar de estar en peligro de extinción.