El festival (R)Oles ha logrado consolidar su mirada alejada de los tópicos más conservadores con las interesantes actuaciones del conocido proyecto LaboratoriA y la presencia de la guitarrista Antonia Jiménez.

Las personas que descubren el flamenco se sorprenden por su fuerza, su garra, el poder que son capaces de transmitir los artistas encima de un escenario. Silvia Cruz Lapeña, directora del festival (R)Oles no ha querido renegar del arte más tradicional, organizando un festival que cuestiona los estereotipos, los vicios y las inercias por parte de los artistas más conservadores del flamenco.

Nou Barris ha logrado darle una vuelta feminista con un toque regenerador al flamenco

El (R)Oles es el renacido festival de flamenco previamente conocido como Nou Barris, que durante un fin de semana se instala en un tradicional patio en la sede del distrito por el cual se llama así.

El (R)Oles ha sido dos veladas de arte flamenco desde un punto de vista regenerador, con el feminismo pisando fuerte y un toque “queer” que fue la fórmula que hizo que la edición del año pasado fuera un auténtico éxito durante el ciclo titulado “Estiu al Pati”.

Este año, el festival (R)Oles tiene tres protagonistas, tres mujeres guitarristas que llegan pisando fuerte: Isabelle Laudenbach (que fue miembro del grupo Las Migas y forma parte del proyecto LaboratoriA), Vicky Blaum (del grupo Maruja Limón) y, para terminar, Antonia Jiménez, que es considerada la “tocaora” más importante y con más talento del panorama del arte flamenco actual.

Esta situación es justamente la opuesta de la edición del año 2018 del Festival de Jerez de la Frontera, que fue duramente criticado por no contar con una sola Mujer guitarrista, cuando en el festival actuaron más de 500 artistas del flamenco.

El presupuesto se paga con la tasa turística

Este tipo de situaciones son las que quiere revertir el mencionado festival (R)Oles, que se organiza con un presupuesto económico de 20.000 euros que proviene de la tasa turística que creó el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona.

El segundo objetivo de este festival es lograr la reivindicación del importante talento local. En Cataluña hay gente muy buena que está haciendo cosas muy interesantes, que no tienen nada que envidiar a los artistas que trabajan en Sevilla o Jerez, pero solo son capaces de visibilizarse si logran entrar en el circuito de los tablados o si llegan a entrar en El Dorado (en clara referencia a los conciertos de Música flamenca que tienen lugar cada tres meses en el Centre Civic Parc-Sandaru).

Según la directora del festival, los artistas catalanas tienen un nivel muy alto, pero cuando se ven obligados a hacer tres sesiones cada día a lo largo de seis días a la semana, acaban poniendo el piloto automático y no es bueno para el arte. Y es triste que estos artistas son reclamados en festivales de todo el mundo, mientras que en su tierra se ven obligados a vivir actuando para los turistas. Por ejemplo, Miriam Vallejo, una gran cantaora que es adorada por los bailaores que actúan en Madrid, Jerez o Sevilla.