El “amigo Félix” habría cumplido 91 años de edad, si no hubiera fallecido en un accidente de avioneta en la que viajaba en Alaska, donde se había desplazado para realizar uno de sus míticos reportajes en el año 1980.
Félix Rodríguez de la Fuente pasó a la historia por ser el primer ecologista de España y logró ser un gran comunicador a través de los magníficos programas de televisión que grabó sobre la naturaleza.
"El Hombre y la Tierra" le hizo muy popular
El zóologo, médico estomatólogo y naturalista, casualidades de la vida, también murió un día como hoy: el 14 de marzo del año 1980.
Se convirtió en uno de los mayores comunicadores de la televisión española gracias a la serie documental “El Hombre y la Tierra” que descubrió la verdadera naturaleza a varias generaciones.
Nació en un pueblo de Burgos, en Poza de la Sal y moriría en Kodikke, en Alaska, cuando estaba en pleno rodaje de un documental para Televisión Española.
Su amor por la naturaleza vino de su padre: un notario que no creía que los niños debían ir al colegio desde edad temprana.
Rodríguez de la Fuente se crió al aire libre y con ocho años ya había sido capaz de amaestrar un halcón. A los nueve ingresa en un internado y después, estudia el bachillerato en Burgos. A los diecisiete años se va a vivir a Valladolid donde cursará la carrera de Medicina.
Allí conoce a José Antonio Valverde, histórico médico, con el que forma un grupo de científicos que se vuelcan en la investigación en Biología. Y, de esta manera, se inicia su afición por la Biología y poco a poco, se va convirtiendo en un auténtico apasionado por el naturalismo.
Se trasladó a Madrid donde se especializó en odontología y logra diversos premios. Pero, jamás llega a trabajar como médico. Su verdadera pasión eran los animales y decide volcar su vida en ello.
Inicia su carrera profesional como colaborador del servicio de Pesca Fluvial y Casa, preocupándose de la protección de animales de presa. En Briviesca, es capaz de abrir una estación con treinta halcones.
Se convierte en el mejor halconero de toda España
Después se dedica al estudio de los animales que le hicieron famoso: los lobos, a los que denominó como sus mejores amigos. Su vida giraría alrededor de la protección de este maravilloso animal.
Logró acabar con el mito de que los lobos son animales malvados. Incluso llegó a convivir con una manada en Guadalajara y fue elegido líder por ellos.
Siempre terminaba sus reportajes con un mensaje esperanzador, positivo. Confiaba que el trabajo de las generaciones futuras continuase con su labor.
Llevó a los más pequeños el mensaje de respeto y protección de la naturaleza.
Fue un pionero en la defensa de la naturaleza. Viajó a lugares como Arabia Saudita, Oriente Medio... y fue miembro honorífico del British Falconers Club y de la Internacional Council Bird Preservation, entre otros.
Fue de los primeros expertos en la defensa de los humedales de Doñana, de las Tablas de Daimiel... (cuando todavía no era Parque Natural) o de los buitres leonados de la zona de Guadalajara.