El barco que rescata a inmigrantes del Mediterráneo ha logrado, la pasada madrugada del domingo, rescatar a más de 620 personas, incluídos varios bebés. Lo hizo con la ayuda de su personal y de marinos mercantes. Sin embargo, durante la tarde de ayer, domingo, Matteo Salvino, ministro del Interior italiano, ha comunicado que su país cerrará los puertos para los barcos de rescate, comenzando con Aquarius.

Son más de 200 personas las que están abordo del barco luego de un rescate que pudo haberle costado la vida a decenas de ellos. Salvini ha justificado su decisión explicando que se basa en la misma política que implementan otros países de la Unión Europea para con los refugiados.

Entre ellos, la de España.

Según ha publicado Europa Press, en su cuenta de Facebook, el primer ministro de Interior, ha explicado que Italia comenzará a cerrar sus puertos a estas situaciones para evitar el "tráfico humano".

Salvini ha comentado que Francia devuelve a los inmigrantes ilegales a la frontera, que España utiliza las armas como defensa de sus fronteras y que Malta no acepta más refugiados. Por lo tanto, justifica Salvini según Europa Press, Italia dirá desde este domingo no a la inmigración ilegal y el tráfico de personas.

En su cuenta de Twitter, también ha querido demostrar que la medida no es más que una manera de garantizar que los jóvenes de áfrica y los pequeños de Italia tengan una vida pacífica.

El Aquarius transporta cerca de 600 personas en estos momentos, más de 200 de ellas rescatadas la pasada madrugada. Entre ellas se encuentran 11 bebés y 7 mujeres embarazadas.

Según ha publicado el periódico italiano La República, el propio Matteo Salvini habría informado a la tripulación del barco que los inmigrantes que lleva a bordo deberán ser dejados en Malta, que es por donde pasará la embarcación las próximas horas.

Ha sido aún más directo en el mensaje, alertándoles que, de no hacerlo, en Italia no se les recibirá. Aquarius es gestionado por las organizaciones no gubernamentales Médicos sin Fronteras y SOS Mediterráneo.

No es la primera vez que Malta se encuentra ante una situación similar. Hace varios años le ocurrió lo mismo con un pesquero privado de origen español y la reacción fue carente de toda humanidad.

La respuesta de Malta, puerto en el que no tenían pensado anclar los rescatistas, ha sido de esperar. Ha detallado en un comunicado que el Gobierno de este país no era la autoridad que coordinaba las tareas de la embarcación. Haciendo referencia clara a que las tareas de coordinación se realizaban desde el centro de Roma y que el área de alcance donde ocurrieron los últimos rescates corresponden a Libia. Por lo que Malta se posiciona como ajena a la situación.

De las dos pateras rescatadas este domingo por la madrugada una se quebró provocando que, alrededor de 40 personas cayeran al mar. Tras el rescate en el que intervinieron embarcaciones privadas, además del Aquarius, personal técnico del barco de rescate comprobó que muchos de los chalecos salvavidas no cumplían con condiciones necesarias de su función específica.

Cerca de esta medianoche, Naiara Galarraga corresponsal del periódico El País y que viaja en el Aquarius, escribí en su cuenta de Twitter se encontraban a 35 millas náuticas de Italia y a unas 27 millas nauticas de Malta, a la espera de instrucciones por parte del gobierno italiano.

La periodista Irene Salvio ha publicado que algunos alcaldes italianos como Reggio Calabria, de Palermo y el de la ciudad de Nápoles estarían dispuestos a dejar que los 629 inmigrantes recalen en sus costas, aun a fuerza de desobedecer la decisión de Salvini.