Por lo general pasa el tiempo y uno no recuerda porqué deja de hablar con algunas personas o porqué dejamos de ser amigos. ¿Herimos sus sentimientos? ¿Esa persona nos hirió los sentimientos? Probablemente un poco de ambos, además de mucha inercia. Y por eso como muchos adultos hacen, deciden “desconectarse”. Dejamos de hablarnos, fingimos que no nos importa y “seguimos adelante”.

Muchas veces en la vida existen “sigamos adelante”. Y hay que frenarlos. ¡Hay que gozar de estar vivo antes de seguir adelante hacia el paso final! Una forma de lograrlo es haciendo que los amigos realmente tengan importancia en nuestras vidas, inclusive si eso significa ignorar el orgullo de vez en cuando, y no desconectarse.

¿Llamar o no llamar?

A veces, la respuesta es no. Hay personas con las que no debería reconectarse, porque solo volverán a herirla. Pero otras veces, enriquecerá su vida recuperando los vínculos con un viejo amigo o un pariente. Olvidar los rencores o, simplemente, volverse a poner en contacto, a menudo se siente como si le quitaran un gran peso de encima. Súbitamente usted se sentirá mejor.

Es difícil olvidar el resentimiento

Muchas amistades decaen por darse cuenta que solo se usan, no de una manera económica, más como un desahogo a las situaciones cotidianas, un escape, siendo un poco egoísta a la hora de también entender al otro. A veces lo que no entiende esa persona que solo busca desahogarse es que está siendo simplemente un emisor y no un receptor, tampoco entiende o acepta recomendaciones u opiniones, una de las dos personas termina alejándose ya que no es una amistad solidaria.

Por lo tanto, empieza un proceso de alejarse entre sí por uno darse cuenta que lo usan y el otro porque no lo entienden o se aburren de él. Allí comienza un conflicto de indiferencia de ambos que muchas veces dura meses o años, así es como se pierde la amistad que de tanto tiempo.

Se recomienda que en cualquier momento se de una conversación sencilla como se solían dar cuando tenían una gran comunicación, y decirse de manera agradable que sucedía entre, así volverse a entender entre los dos y alejar el resentimiento que se causó por un mal entendido y falta de buen entendimiento.

Ambos deben poner de su parte

El proceso de reconectarse requiere por lo menos dos personas. Una sola no puede hacerlo. Alguien tiene que dar el primer paso hacia el acercamiento, a veces presionado por otros. Y luego, la otra persona tiene que corresponder. Este proceso puede ser tan peligroso como quitar el detonador a una bomba.

Y la situación puede explotar. Cuando hay de por medio sentimientos fuertes, siempre hay peligro.

Pero el peligro no es tan grave. Necesitamos aprender de los niños, que pelean con facilidad y también se reconcilian con facilidad. Los adultos en cambio somos demasiado orgullosos.

Un gran consejo es: Perdone si puede, y hágalo ahora. Y luego haga algo para reconectarse, a menos que tenga una buena razón para no hacerlo. ¡Busque a su amigo ahora mismo!