El anuncio del príncipe Enrique de Inglaterra con respecto a su próximo enlace con la actriz norteamericana Meghan Markle cogió por sorpresa a muchos sectores de la sociedad inglesa. Entre estos sorprendidos se encontraba la reina de Inglaterra, a la que no le gustó demasiado el anuncio. Y es que la familia real británica es altamente conservadora y la entrada en la familia de Meghan, que en ese momento triunfaba trabajando en series como "Suits", no agradó mucho a la reina Isabel II. Sin embargo, con el paso de los meses, la noticia de la boda fue calando entre la familia real y parece que, actualmente, la relación entre la mujer de Enrique de Inglaterra y la reina es más que excelente.

La boda, paso a paso

El evento comenzó al mediodía del sábado pasado. El buen tiempo caracterizó la boda y el príncipe Harry llegó a la capilla con el traje oficial. Por su parte, Meghan Markle llegó con su impecable vestido, diseñado por Clare Waight Keller para la famosa firma Givenchy. El padre de la novia no pudo acudir a la boda a causa de una enfermedad, por lo que la actriz estadounidense entró sola a la iglesia entregando un claro mensaje por la igualdad de género (de los muchos que hubo durante el día).

Al final del pasillo de la capilla, el príncipe Harry esperaba en el altar, con su uniforme de gala, a Meghan que fue acompañada finalmente por el príncipe de Gales hasta llegar a la zona en la que le esperaba su futuro marido.

A las afueras de la capilla, miles de personas esperaban ansiosas la llegada de todos los invitados y unas pantallas gigantes retransmitieron el enlace para que nadie se perdiera ni un solo detalle de la boda. Una de las atracciones de la boda fue la llegada de la madre de Meghan Markle, vestida con un traje verde claro, que se sentó cerca de la reina de Inglaterra.

De 61 años de edad, se la vio muy emocionada durante la ceremonia en la que su hija se casaba con un nieto de la reina.

Los momentos del enlace

Uno de los momentos más significativos de la boda lo encontramos cuando los novios se encontraron en el altar cerca del comienzo de la ceremonia. En un momento dado, el príncipe Harry le dijo a Meghan que estaba impresionante y que era el más afortunado, según recogen muchos de los medios ingleses que se encontraban retransmitiendo el evento en directo desde la ciudad de Windsor, lugar en el que todo ocurrió.

Una ciudad, Windsor, que ayer fue una auténtica fiesta por todo lo que significaba la boda para los ciudadanos ingleses, orgullosos de que la ceremonia se oficiase en su ciudad.

Además de que llegaron personas de todas partes del país y del mundo en los trenes que llegaban a la ciudad, Windsor se inundó de banderas del Reino Unido, además de camisetas y objetos divertidos como caretas con las caras de los novios reales. Windsor, al final de la ceremonia, también pudo disfrutar de los novios en primera persona. Y es que ambos decidieron recorrer las calles de la pequeña ciudad sentados en un carruaje tirado por caballos para que las personas que se habían desplazado a disfrutar del evento pudieran también hacer lo propio con la pareja.

Nuevos duques de Sussex

Uno de los regalos de la reina de Inglaterra a su nieto y a su novia fue uno muy especial. Isabel II no escatimó con los títulos nobiliarios y les concedió el de duques de Sussex desde el momento en el que contrajeron matrimonio.

Una boda real británica muy diferente a las antes oficiadas. Y no solo por la modernidad del evento, sino por la frescura de los novios, que aportarán un aire innovador a la casa real británica en la que, desde ya mismo, Meghan Markle ya tiene un hueco permanente al lado de los duques de Cambridge y demás familia.