El cambio climático es uno de los efectos que más preocupan al mundo en la actualidad. Muchas organizaciones mundiales han tomado medidas para reducir sus efectos a largo plazo. En el año 2015 en los acuerdos de París donde diversos países se comprometieron a la descarbonización mundial para el año 2050, siendo España uno de los países comprometidos.

Sin embargo, divergencias políticas, una legislación ineficiente y desinterés en el tema ha agravado la planificación de esta meta en España. Ya para el año 2013 se presentó al congreso el controvertido impuesto al sol, allanando de antemano el camino a una España de energía renovable.

El impuesto al sol es una normativa que incluye un recargo a los usuarios que produzcan energía y sigan conectados a la red. Sin embargo, esta medida bloquea la inversión en el sector de las energías renovables al resultar poco atractiva para los inversionistas. Medida criticada por diferentes organismos internacionales y que ponía en jaque a los modelos de energía renovables a nivel internacional.

¿Un nuevo modelo energético?

Bajo este escenario se formó un equipo de expertos con el fin de asesorar al gobierno español sobre la estrategia a tomar para la próxima década. Este grupo apuesta 100% por las energías renovables y la necesidad de cambiar el modelo energético existente. Para esto proponen una reforma fiscal que incluya un impuesto al CO2, no solo para instalaciones industriales.

Recomiendan precios entre los 15 y 30 euros por tonelada emitida. También proponen eliminar los sobrecostes en el recibo de la luz, la supresión del impuesto de la generación eléctrica y el impuesto de la electricidad finalista, eliminando el impuesto al sol. Los expertos también advierten que cerrar las centrales nucleares, al cumplir 40 años de vida útil, puede incrementar los costos de generación entre 2.000 y 3.200 millones anuales, por lo que proponen alargar su vida útil.

En el escenario planteado, España podría llegar a exportar energía a Francia y a Portugal.

Críticas y escepticismo

Aunque las críticas no se han hecho esperar, el PSOE rechazó el informe por considerar que no plantea una reforma a profundidad del mercado eléctrico. No obstante, rechazan categóricamente prolongar el periodo de vida de las centrales nucleares.

Teresa Ribera critica la falta de propuestas de modificaciones regulatorias, la falta de medidas de compensación y considera incompleto el análisis sobre la energía nuclear, ya que no se considera el incremento de los costos operativos al incrementarse la vida útil de las centrales. Otros expertos aconsejan seguir modelos promocionados por otros países, el balance neto o las tarifas de alimentación solar adoptadas por Alemania o Inglaterra pueden ser una buena opción a considerar. Lo cierto es que el tema ha generado mucha polémica y la necesidad por energías renovables crece cada día.