Como seres humanos abrimos espacios de concurrencia social, nos reunimos con amigos y conocidos, compartimos momentos únicos y tendemos a repetirlos – aunque a veces estos tengan algunos cambios inesperados – cuando todo ha salido al pie de la letra. Algunas personas comparten fotografías de una cena increíble, la ida al cine y otros instantes divertidos y memorables se quedan en las páginas virtuales del Facebook para los amigos.
La tecnología tiene una afectación importante en las relaciones de pareja – o de amigovios –ya que las publicaciones o comentarios, podrían tornarse intensos en el espacio virtual.
La carga emocional dispuesta en una simple fotografía juntos, podría ser un desencadenante importante, ya que la práctica de colgar fotos en las distintas redes sociales se ha vuelto bastante común. Sin embargo no se toma en cuenta que tras el rompimiento, habrá una marcha fúnebre, donde él o ella, comenzará a imitar a un big brother de las redes, a la caza de comentarios o de likes desprevenidos.
El “fantasma” de un amante todavía ronda por tus redes sociales
Para aquellas personas que desconocen el término “ghosting” y su actual antecesor “orbiting”, son lo nuevo en tendencias, en este ir y venir de la emocionalidad, en las relaciones personales. Esta moda social, es cuando la persona – posible pareja – corta de tajo cualquier comunicación, sin explicación posible.
Esta forma atroz de terminar una relación en la era digital es a lo que se llama “Ghosting.”
El “orbiting “es una tendencia parecida a la antes mencionada, solo que aquí el fantasma si es todo un poltergeist, estas personas pueden transitar el fenómeno mas allá, ya que estarán observando tu actividad en Snapchat, instagram y quizá hasta te deje uno que otro comentario sarcásticamente amable, mientras retuitea alguna imagen sin justificación alguna.
¿Obsesión a medias?
Para las personas que tienen varios “orbiters” alrededor, podrían considerar estos actos como cosa de nada, pero hay que poner atención a este tipo de comportamientos, ya que pueden ser una forma indirecta de manipulación. Al final la persona que cree que no le afecta la continua actividad de un orbiter, es porque ya se ha debilitado ante la continua aseveración de estas muestras de “interés”.
Estas señales confusas pueden provocar que la otra persona también haga lo exactamente lo mismo, ya que el comportamiento del orbiter es que ignora un contacto más extrapersonal. Lo más saludable para quienes están bajo el lente del microscopio, es bloquear a estas personas, prácticamente no querrás perder tiempo y energía por unas migajas en forma de “like”.