He preguntado a muchas Mujeres. De diferentes edades y condiciones sociales. La huelga del próximo 8 de marzo no podrán hacerla. Ninguna me ha dicho que no está de acuerdo o que no lo interesa, todas ellas han contestado "no puedo".

Esta huelga, aunque justa y necesaria, es elitista. "Como todas las huelgas" asegura una compañera de trabajo. Una de esas mujeres que paró cada vez que lo consideró conveniente.

María tiene 23 años y tres hijos entre 10 meses y 4 años. El más pequeño tiene anginas, así que, si el niño se pone bien para el jueves irá a su trabajo.

"Estoy faltando estos días para poder cuidar del niño. No quiero seguir haciéndolo porque no puedo perder este empleo. Voy a trabajar siempre, estando mala, con fiebre, porque prefiero faltar al trabajo si alguno de los niños se enferma."

Ni siquiera le pregunto si le gustaría ir. Imagino la respuesta. Trabaja 4 horas, el sueldo no está del todo mal. Del todo mal, no está bien, pero María dice que le compensa.

Su pareja tiene 25 años, trabaja y ayuda en la casa, según me cuenta ella y parece sincera en su alegato para justificar que con tres niños, su esposo sabe el trabajo que ella tiene.

"Él se crió con tres hermanos y su madre. Sabe el valor de las tareas femeninas. Me ayuda, no hace la misma cantidad de tareas en el hogar que yo, pero hace.

Creo que es una cuestión de organización familiar. Cuando tuvimos al primer niño éramos muy jóvenes, sin embargo, dividimos ciertas cosas de una manera más práctica, en la que los dos estuvimos de acuerdo."

Elena quiere ir a la marcha, dice "al menos me gustaría ir a la manifestación", pero no sabe si lo logrará. Tiene una niña de 3 años, está separada y trabaja como autónoma.

Este jueves, dejará a su hija en la guardería y volverá a casa a poner la lavadora mientras trabaja con el ordenador. "No puedo parar, no puedo delegar las tareas del hogar ese día. Si no cocino yo o lavo los platos ese día, tendré doble trabajo el siguiente. "Es curioso, pero las mujeres que no podemos hacer huelga, nos vamos a ayudar mutuamente.

Si la maestra de mi hija ese día se adhiriera al paro, yo no tendría con quien dejarla y como soy autónoma, sería un día sin cobrar o trabajando a la madrugada cuando la niña se duerma."

La huelga y manifestación del próximo jueves tiene un objetivo claro, hacer visible las diferencias. Por eso se ha denominado feminista, porque no es solo de mujeres, es de un ideal de equidad del que muchos hombres participan.

Hasta el momento, 41 países en todo el mundo han confirmado su participación en esta propuesta que comenzó a tomar fuerza el año pasado. El 8 de marzo de 2017, muchas ciudades de Sudamérica pararon durante 40 minutos y vistieron de negro para pedir medidas contra la violencia machista.

En España se ha convocado a dos posibles formas de sumarse.

La huelga de 24 horas, que es la que impulsan los principales movimientos feministas y las parciales de 2 horas. Las huelgas de 120 minutos están planificadas una por la mañana, de 11 a 13 horas y la otra por la tarde, de 16 a 18 horas. En las mismas se espera que también los hombres participen. Las diferencias salariales, la violencia de género y la desigualdad social es algo que afecta a la sociedad en su conjunto. Cambiarlo es algo que nos compromete como seres humanos, sin distinción de género.

Las principales capitales del país realizarán, por tarde noche, manifestaciones conmemorativas que terminen una jornada reivindicativa como nunca antes se haya visto. En Madrid, la manifestación partirá a las 19 horas desde Atocha y se dirigirá hasta Plaza de España. En Barcelona comenzará media hora antes, el recorrido previsto por los organizadores es el Paseo de Gracia hasta Plaza de Cataluña.