El Mobile World Congress (MWC) ha vuelto a despertar polémicas no solo en Barcelona, sino a nivel internacional. Es el segundo año que este macroevento tecnológico hace peligrar, o al menos especular, una nueva realización en Barcelona.

En la pasada edición, la tensión política que vivía Cataluña ya generó una sensación de desconcierto tal en sus organizadores que en algún momento se mencionó la posibilidad de cambiar la ciudad de celebración. En esta oportunidad ha sido el Gobierno quien ha comunicado que los desplantes institucionales, como los que han realizado Ada Colau, Alcaldesa de Barcelona y Roger Torrent, presidente del Parlament catalán son "injustos y mezquinos".

También, han asegurado que ponen en riesgo la realización de este evento global continúe teniendo como base a la ciudad Condal.

Desde el Ejecutivo hacían clara referencia a la decisión de Colau y Torrent de no asistir al acto oficial en el que se recibiría al Rey Felipe VI. La primera en anunciar su ausencia fue la alcaldesa de Barcelona, luego le siguió el presidente del Parlament con el mismo mensaje.

El texto que Colau envió a la Casa Real, justificaba su negativa a asistir al acto protocolar en consecuencia con las personas que sufrieron cargas policiales el pasado 1-O cuando se celebraba el referéndum en toda la comunidad. También manifiesta, en el mismo comunicado, que considera que el Rey debería haberse mantenido neutral ante la grave situación que se vivía por aquellos días en Cataluña y haber llamado al diálogo.

En la misiva también hace alusión a los "presos políticos y sociales".

Al no contar con un presidente de la Generalitat, es el presidente del Parlamento, la autoridad que lo representa en actos institucionales como el de ayer. Sin embargo, Roger Torrent no ha participado del saludo oficial a su Majestad, pero sí de la cena de bienvenida.

La decisión de Ada Colau ha generado tanta polémica que dos manifestaciones se concentraron en simultanea en las puertas del Palau de la Música.

Carles Puigdemont no podía quedar fuera de esta negativa que, sin ninguna dudas, también lo incluía desde la distancia. Refugiado en Bruselas, el ex presidente de la Generalitat ha utilizado su cuenta de Twitter para sumarse a la protesta.

En su breve mensaje aseguraba que el Rey Felipe VI será bienvenido en Cataluña cuando pida disculpas por lo ocurrido el pasado 1-O.

Quien sí ha dado la bienvenida al Rey ha sido Ferran López, jefe de los Mossos que está a cargo de la seguridad del evento y la persona que reemplazó a Josep Lluís Trapero.

Junto con su Majestad llegó Soraya Sáenz de Santamaría cerca de las 19:30 horas. El operativo conjunto entre Mossos d´Escuadra y la Policía Nacional había comenzado dos horas antes para evitar que los manifestantes se acercaran a las puertas de ingreso.

Tras recibir el saludo de Ferrán López, el Rey ha continuado hacia el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong King, seguido por la ministra de Información y Telecomunicaciones de Pakistán, Anusha Rahman Ahmad Khan y el ministro de Egipto de Tecnología de la Información.

A su lado se encontraba el embajador de China en España, Lyu Fan y José María Lassalle, secretario de Estado para la Sociedad de la Información de España.

La cena de bienvenida cuenta con unos 200 participantes. Mucho se especulaba sobre la ubicación de los 17 comensales elegidos para sentarse en la mesa principal, la que está destinada para el Rey Felipe VI. Cerca de las 20 horas se ha confirmado que a la derecha de su Majestad se ha sentado la vicepresidenta del Gobierno, mientras que a la izquierda, el director general de GSMA, Mats Granryd. Enfrente el Ministro Álvaro Nadal, Ada Colau y Roger Torrent.