Después de un divorcio, comienza un proceso por lo general difícil y doloroso para ambos cónyuges, así como para los hijos.
El duelo no deseado
Muchas mujeres toman la decisión de seguir adelante, aún heridas por la ruptura haciendo de tripas corazón, para mantener la imagen de mujer fuerte e independiente y no dar cabida a la compasión ni a la lástima por parte de aquellos que la rodean.
A pesar de tomar esta actitud, muchas sufren en silencio, siguen reprochándose a sí mismas que no fueron capaces de mantener al marido a su lado, se sienten culpables o víctimas de la situación, les abruma su nueva realidad.
Se dice que todo lo cura el tiempo, pero en algunos casos el duelo del Divorcio suele prolongarse más de lo deseado. Esto ocurre precisamente cuando se lleva la procesión por dentro y no se buscan conscientemente las vías necesarias para transformar esa realidad.
Algunas Exparejas llegan al acuerdo de hacer terapia juntas o por separado para superar el divorcio, buscando sanar heridas, perdonarse y poder mejorar las relaciones entre ellos de allí en adelante, sobre todo aquellas que deben seguir “tolerándose” debido a los hijos.
Pero no siempre hay acuerdos ni buena disposición entre dos personas que acaban de separarse. Por el contrario, continúan las tensiones y las discusiones por un buen tiempo, lo cual prolonga el enganche y malestar emocional.
Recomendaciones
En estos casos es muy sano, optar por algún mediador que esté dispuesto a jugar este papel. Por supuesto como todo mediador de conflictos debe cumplir ciertas características como la imparcialidad, confidencialidad y buena voluntad.
Este mediador familiar, como se define, puede ser un amigo en común que ambos escojan, pero es bueno contactar a un profesional que se dedique a este oficio.
Lo aconsejable es acudir al trabajador social de nuestra zona, que nos dirá si existe el servicio en nuestra Comunidad Autónoma. Muchos ayuntamientos, han puesto en marcha sus propios servicios de mediación. El trabajador social informará debidamente de los trámites necesarios para acceder al servicio.
Otra figura que está muy en voga en estos procesos es el coach familiar.En el desarrollo del coaching profesional, este campo de especialización está cada vez más demandado.
Y aunque al principio las parejas con problemas buscaban a un terapista o psicólogo, hoy en día cada vez más personas acuden a los profesionales del Coaching para recuperar su equilibrio emocional.
Es evidente en la mayoría de los casos, que las exparejas requieren una ayuda externa que los libere de las tensiones y malestares que produce la falta de acuerdo y entendimiento entre ellos. La guía y orientación es fundamental para evitar males mayores que conllevan al stress, ansiedad, violencia, depresión y otras enfermedades.
El llamado es a informar con eficacia sobre los diferentes programas de ayuda y propiciar espacios a través de los cuales los profesionales puedan interactuar de una manera más efectiva con las personas que lo necesiten y de esta manera provocar cambios profundos y duraderos en las dinámicas de relación familiar y en los individuos.