El chicle ha sido detenido este viernes por un posible intento de agresión sexual. Pero su encarcelación solo se precipitó unos días. Todo hace creer que la Guardia Civil lo tenía tan cercado que solo era cuestión de días apresarlo.
Probablemente el silencio que dejó en los medios la desaparición de Diana Quer, lo hayan motivado, de confirmarse su participación, a continuar con un raid depredador. Su coche era uno de los que las difusas imágenes de la zona habían detectado la noche del 22 de agosto cuando fue vista por última vez Diana Quer tras dejar las fiestas del pueblo para regresar a su domicilio.
Casi todo estuvo puesto en el teléfono móvil de Diana, en un principio para rastraerla y a posteriori, para intentar descubrir algún indicio que llevara a nuevos sospechosos. De los cerca de 80 mil teléfonos móviles que la Guardia Civil debió rastrear con paciencia infinita, uno de los números que arrojó la investigación es el del detenido. Es decir que, según las pericias policiales, las señales del móvil de Diana, al menos hasta la ría donde es arrojado, coincide con el trayecto que arroja el teléfono móvil del principal sospechoso.
Se estima que tanto él como su mujer declaren este lunes ante el juez.