Se cumplen 69 años de la firma mundial de la declaración de los derechos. Un tema que aún, pese a la cantidad de organismos internacionales que intentan que no caiga en el olvido, continúa siendo un asunto pendiente.
Solamente el año pasado murieron 281 activistas de los derechos humanos. Una cifra que, según informa Amnistía Internacional, supera en 130 a las víctimas del año anterior. En el año 1998 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) firma la declaración de los defensores de estos derechos innatos, pero en ocasionas ni siquiera aplicados, en todos los seres humanos.
Es estos casi 20 años han muerto de manera violenta más de 3.500 voluntarios y cooperantes en todo el mundo. Algo que demuestra lo necesario de recordar, cada 10 de diciembre, a las víctimas en todo su sentido. A quienes no ven reflejado esa declaración universal en su día a día, y a los que han entregado su vida para intentar lograrlo.
La directora del Programa Global sobre Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos, perteneciente a Amnistía Internacional, Guadalupe Marengo, asegura que todos los fallecidos sabían que corría peligro su vida. Y enfatiza que, también era algo que conocían los Estados.
Las familias de esas víctimas, dificilmente conozcan o accedan a una verdad detallada y exhaustiva de lo ocurrido.
La alianza de intereses entre las fuerzas de seguridad privada, las autoridades estatales y el crimen organizado, con frecuencia impiden que se sepa la verdad. Algo que los especialistas en la materia consideran fundamental para evitar nuevas muertes.
Un día como hoy de 1948
El 10 de diciembre de 1948 se firmaba en París la Declaración Internacional de los Derechos Humanos.
El acta era confeccionada por personalidades del ámbito jurídico y cultural de todo el mundo, quienes buscaron con este documento proteger y garantizar el bienestar común e indispensable para todos los habitantes de pueblos y naciones.
Por primera vez en la historia de la humanidad, en siglos y siglos de existencia, se hacía referencia a la igualdad entre seres humanos sin importancia de su credo, raza o su condición social.
A más de 60 años de su creación, algunos de los principios básicos como que todo hombre nace libre, no se ven reflejados. Las cifras estiman que en la actualidad existen 40 millones de personas que pueden ser consideradas esclavas, entre ellos millones de Niños. En concreto, según un informe presentado por la CNN en español, una de cada cuatro personas en condiciones de esclavitud son niños. El 70 % de el total de la población esclava son niños y mujeres.
En algunos países de Sudamérica, las familias de estos niños que son llevados por familias de altos recursos económicos, son engañadas, pero parte del sistema. Suelen ser menores que pertenecen a familias que viven en condiciones paupérrimas, a ellas se acercan ofreciéndoles un trabajo para los niños.
Las niñas con frecuencia son llevadas a casas familiares con la excusa de cuidar de los hijos del matrimonio. A cambio, a sus progenitores se les ofrece un sueldo mensual, techo, comida y estudios para la hija. El salario por los quehaceres doméstico nunca se realiza, por supuesto que los estudios tampoco. Sobre el techo, algunas de esas niñas que con los años han logrado escapar, cuentan que duermen en el suelo y la comida son las sobras de la familia, cuando esta las deja.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), y la Walk Free Foundation (Fundación Camina Libre), elaboraron un documento en el que se revela que durante el 2016, más de 25 millones de personas en todo el mundo han realizado trabajos forzosos.