Algunos países del mundo permiten la caza de cetáceos de forma legal y controlada en sus océanos. Los países más conocidos que practican esta caza son Japón, Noruega e Islandia.

Sin embargo, muchos son los que desconocen que en las Islas Feroe también se practica. Estas islas forman parte de un archipiélago que se encuentra en el Atlántico Norte y, aunque es una país autónomo dentro de Dinamarca no forman parte de la UE.

Anualmente se practica una tradición en la que se sacrifican un gran número de cetáceos. Esta tradición es el “Grindadráp” que significa “Matanza de ballenas piloto”.

El Grindadráp es una de las tradiciones más típicas de la cultura feroesa. Los habitantes de estas islas sacrifican un 1% (900-1000 ejemplares) de la población de ballenas piloto de aleta larga (Globicephala) anualmente. Esta caza, forma parte de una tradición de las Islas Feroe que se practica desde hace más de mil años.

La tradición empieza cuando se cumplen las condiciones idóneas para empezar con la masacre. Cuando las ballenas piloto se encuentran cerca de la orilla, los barcos pesqueros salen al acecho para conducir a las ballenas cerca de la costa para continuar con el ritual.

Una vez los barcos han conducido los cetáceos hasta la playa (esta debe ser legal y aprobada para permitir la caza) los habitantes de la comunidad se acercan con cuchillos y machetes para cortarles la cabeza.

Allí, mueren desangradas.

Esta tradición se celebra mayoritariamente durante los meses de verano. En este ritual es fácil ver participar a toda la comunidad y ver cómo interactúan con los cuerpos de las ballenas piloto sacrificadas en la orilla. Los niños juegan junto a ellas, los chicos y hombres adultos participan en la matanza y las mujeres esperan a que continúe el proceso.

Una vez terminado, se vuelven a llevar a las ballenas atadas con cuerdas mar adentro con los mismos barcos pesqueros. En otro espacio, las cortan y reparten las ballenas de forma equitativa con todos los miembros de la comunidad.

Esta tradición se sigue practicando y se educa para que los jóvenes continúen con esta matanza durante las generaciones venideras.

Aunque algunas asociaciones como "Sea Shepherd Conservation Society" luchan para erradicarla, la caza sigue siendo legal.

Son muchas las asociaciones y organizaciones que batallan para preservar la conservación de la fauna marina. Mientras se sigue cazando, otras organizaciones planifican el fin de esta práctica para proteger a estos cetáceos.