La gran mayoría de Personas altamente sensibles (PAS) se han autodiagnosticado su rasgo, por decirlo de alguna manera. Los primeros estudios sobre el tema comenzaron en la década del 90 de la mano de quien aún hoy es la persona más calificada en el tema, la doctora Elaine Aron.

La Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE) define este rasgo como un sistema neuro-sensorial más fino. Capaces de sentirse afectados por ruidos, luces y olores fuertes. Poseen una empatía extraordinaria, algo que enseguida los lleva a volcarse ante el sufrimiento ajeno y tratar de ayudar.

Con frecuencia, la sensibilidad provoca dolor, un dolor asemejado a la tristeza, no a lo físico, aunque puede provocar malestar corporal.

Sin embargo, desde la asociación aseguran que no sufrir no es necesario.

Desde que comenzara a investigar, allá por 1995, se ha considerado como una característica de la personalidad, no como un don o un trastorno. Aunque, bien aprovechado, sí que puede convertirse en una habilidad especial que dota a la persona de recursos y herramientas para vivir de una manera placentera y armoniosa.

En Internet existen distintos test, aunque todos muy similares, con una veintena de preguntas para conocer si realmente se posee este rasgo.