Los delitos de odio contra las personas sin hogar, son uno de los hechos más aberrantes provocados por seres humanos.

Son actos de violencia e intimidación, principalmente motivados por el rechazo y la intolerancia. Cabe destacar que no se trata de actos que se comenten contra personas extranjeras que viven en la calle, la aporafobia, como se conoce a este accionar, no hace distingos en cuanto a edad, sexo o nacionalidad.

El Observatorio Hatento ha elaborado un documento con pautas para actuar si se es testigo de estos actos de intimidación y violencia.

Las personas sin hogar, nunca son culpables de los delitos que se cometan hacia ellos. La empatía con los hombres y mujeres que viven en la calle es fundamental para que se sientan protegidos y puedan denunciar los actos.

Carecer de una vivienda, expone a las personas a doblemente, si es que deciden hacer la denuncia. La gran mayoría de ellas teme sufrir represalias, si cuenta lo que ha vivido, por eso escucharlos y aconsejarlos es fundamental para que sientan el apoyo de la ciudadanía. Muchas víctimas creen no tener los mismos derechos que un ciudadano con hogar.

El prejuicio hacia determinado grupo o colectivo de personas es la mayor motivación para que se produzcan delitos de odio.