Programar una cesárea se ha convertido, en todo el mundo, en una opción al parto casi tan recomendable como el vaginal. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchas organizaciones sin ánimo de lucro aseguran que los riesgo de realizar un parto de estas características no solo son físicos, sino también emocionales.
Los partos por cesárea pueden provocar infecciones, hemorragias y dolor después posterior, la recuperación suele ser más prolongada que la de un parto natural.
Se practican mas de un 10 % de cesáreas que no serían necesarias, algo que afecta tanto a la madre como al niño por nacer.
Sin embargo, para algunos médicos y centros de salud, la primera opción es la única que se practica, situación que deja poco margen de decisión a la madre.
Marta dio a luz en agosto del 2015, le faltaba una semana para cumplir 40 años. "El primer obstetra que me vio, me dijo en la primera consulta, sin ningún tipo de análisis ni estudio previo, que pensara en una cesárea porque ya era una madre mayor", cuenta confirmando las estadísticas.
Era un profesional de una clínica privada, la misma en la que otro especialista, el que siguió su embarazo, le aseguró que esa edad no era un indicador de riesgo. "Tuve parto natural, mi hijo nació casi en la semana 40 sin ninguna complicación."
El cambio de obstetra fue fundamental según Marta, que además se había informado en varias entidades sobre las posibilidades con las que contaba para dar a luz.