Desde hace tres años, en algunas zonas de Barcelona estalló un cierto descontento por la sobreabundancia de turistas en la ciudad, pese a que reconocen que es algo importante para la Economía barcelonesa. Se convocaron manifestaciones en barrios turísticos como la Barceloneta, cuyo Passeig de Joan de Borbó tiene en su recorrido más de 20 restaurantes, muchos pegados unos a otros y con muchísima clientela turística fiel, aparte de la de los propios barceloneses. Protestaban por esta sobreabundancia y por la proliferación sin freno de pisos turísticos por toda la ciudad, algo a lo que ha querido poner freno en lo segundo la alcaldesa Ada Colau.
Ahora se ha publicado una encuesta en la que los barceloneses que creen que el Turismo ha sobrepasado el límite llega al 48’9 %, frente al 47’5 % que cree que al contrario, que la ciudad necesita aún más turistas. Los barrios más descontentos en la encuesta, aparte de la Barceloneta, Sant Pere o el Gòtic, que la lideran, se añaden ahora la Sagrada Família, Poblenou, Gràcia y Sant Antoni, con más del 60 %. Sólo un 30 % pide más turistas en sus barrios. En cambio, los distritos de Barcelona como Nou Barris o Les Corts, con menos turistas, sí piden más que venga más turismo, con un 60%.
También baja el porcentaje de gente que cree que los turistas reportan beneficios a la ciudad. Siempre estaba por encima del 90 %, y ahora baja al 86’7 %.
Sube al 11 % quienes creen que no ven por ninguna parte esos beneficios. Pero se incluye otro detalle, hasta ahora ignorado por que no era escuchado por nadie: la opinión de los propios turistas. Un 40’3 % de ellos creen que hay demasiada gente para visitar los lugares turísticos más famosos de Barcelona, y que creen que ello perjudica su imagen exterior.
Barcelona tiene un indudable carisma y atractivo, tanto turístico como cultural, alrededor del mundo, sobre todo en verano, y la ciudad, sabiamente, lo aprovechó, aunque uno de los anteriores alcaldes de la ciudad, como Joan Clos, tomaron la decisión hace una década de convertirla en algo así como un parque temático para turistas, según sus detractores.
La película “Vicky Cristina Barcelona” de Woody Allen, rodada justo hace 10 años, fue una de las que más difundieron Barcelona por el mundo.
Este cronista, barcelonés de pro, conoce bien los problemas de dicha masificación, que provoca que en las Rambles sólo se pueda pasear tranquilamente por la noche, de madrugada, ya que durante el día el trasiego de gente por la misma es incesante. Muchos barceloneses dicen que por ello ya no pueden pasear tanto por las calles más turísticas.
Algo parecido pasó hace poco en Roma y Venecia, también muy visitadas por el turismo, cuyas calles y monumentos han sido inmortalizados por el Cine italiano y extranjero, de lo cual también hablábamos aquí. Por ahora, París no se ha pronunciado, por que quizá lo lleve mejor, al ser una ciudad el triple de grande que Barcelona, y estén más preocupados los parisinos por sus banlieues conflictivas que por los turistas que llegan a miles, además de por el terrorismo yihadista, que ha hundido en parte el turismo parisino y francés en general.