El pasado 31 de Marzo se celebró una fiesta anual que, desde el año 2014, tiene lugar en todo el mundo. Se busca sensibilizar a la población sobre qué es ser una persona trans y sobre la discriminación que siguen sufriendo, por el mero hecho de ser transexuales.
La persona que creó esta fiesta fue la activista Rachel Crandall, una importante activista por los derechos de la comunidad trans en la ciudad de Michigan. Lo hizo en 2009, ante la falta de un día que celebrase la existencia de personas transgénero en la sociedad, ya que, hasta ese momento, sólo se celebraba a las víctimas, a las personas que han sido asesinadas por el hecho de ser transgénero, en el Día Internacional de la Memoria Transexual; pero, sorprendentemente, no había ningún día que celebrase la presencia de personas trans vivas, en nuestra sociedad.
Sólo tenemos que pensar que no todas las comunidades gays y lésbicas, hoy en día, reconocen la necesidad y los derechos de las personas trans.
La razón principal es que tránsgenero es una "identidad de género" y no tiene nada que ver con la orientación sexual. Una persona transexual puede tener cualquier tipo de orientación sexual, ya que, no tiene nada que ver una cosa con otra.
Para la mayor parte de la población, una persona transgénero sigue siendo una persona que padece un desorden mental y lo vinculan, directamente, con la homosexualidad. Igualmente, a la hora de hablar de transexualidad, se sigue pensando en un hombre que se viste de mujer; sin pensar que no es el hecho de vestirse o de actuar.
Y, que, también, hay mujeres que realizan el cambio de género para ser hombres.
Hoy en día, nos seguimos encontrado con mucha transfobia (delitos de odio vinculados a las personas transgénero) y discriminación. A pesar de que hay personas transgénero en el mundo de la educación, del cine, de la política... sigue siendo un colectivo con muchas dificultades para encontrar trabajo (durante años, sólo tenían la opción de la prostitución), para encontrar pareja o para llevar una vida "normal".
La transexualidad es la condición en la que la identidad de género del individuo no es la misma que la identidad sexual, que se va a atribuir basándose, solamente, en criterios biológicos. Las personas transexuales toman la decisión de adecuar su cuerpo al género con el que se identifican, para poder llevar una vida normal y ser aceptadas en la sociedad (se suele realizar el cambio a través de una terapia de reemplazo de hormonas y con cirugía). Gracias a todos los progresos realizados a lo largo del siglo XX, estos cambios son posibles, sin ser tan agresivos, como en otras épocas.