La rivalidad que se vivía en el seno de la familia Sala era visible y notoria para todos sus integrantes. Una pareja amiga de las hijas de Sala, declaró ante la Policía que López les habría contado que estaba seguro que lo detendrían, al menos unos 3 días y que luego pasaría unos 4 años preso, hasta que se celebrara el juicio. Los dichos de Miguel López se habrían pronunciado la misma noche en la que se velaba a María del Carmen.
Según los trascendidos, le habría contado a este matrimonio amigo que esperaba que su cuñado Vicente no se pasara con la declaración a la policía.
Y reconocía que él había confesado que tenían problemas en la empresa como en cualquier holding familiar, temiendo que su cuñado lo implicara directamente en el crimen.
Su mujer, Fuensanta Eva Sala, prefirió no declarar, por estar sentimentalmente ligada al principal sospechoso y por una sugerencia médica, que le recomendaba que no lo hiciera dado el grave conflicto psicológico que atraviesa. Su hermana, en cambio, sí lo hizo. En su testimonio habría reconocido las rencillas familiares y asegurado que su cuñado no está involucrado en asesinato de su madre.