Las hermanas vivían juntas, desde siempre, hasta con el casamiento y la llegada de los hijos de la mayor. Antonia Martínez, de 69 años, compartía casa con María del Carmen, de 72, los testigos las describen como inseparables. De hecho, fue Antonia quien acompañó a la víctima hasta el concesionario. Ha declarado 3 veces ante la policía que investiga la muerte de su hermana.

Antonia no ha tenido reparos en hacer pública su teoría, o al menos, en mencionar a los posible implicados. Sus sospechas, se asemejan a la de los investigadores. La falta de emoción con que los nietos de la hija menor de su hermana, ésta y su esposo, recibieron la noticia y convivieron con ella, los delata para Antonia.

La mujer, que fue de una de las últimas personas en ver con vida a María del Carmen, recuerda que Miguel Ángel no les dio las llaves del Porsche Cayenne, cuando ambas aún estaban en el Honda CR-V (vehículo con el que Antonia acompañó a su hermana y luego se retiró). Su relato resulta convincente porque, según ella, el comportamiento de Miguel Ángel, difería del habitual.