Te levantas uns, comienzas una larga semana por delante y te diriges a cumplir tus obligaciones laborales con todo tu empeño. Nunca pensaste que los gritos de tu jefe fueran a importarte tanto cuando, de repente, fuera del trabajo eres incapaz de desconectar.

Cada vez te sientes más cansado rozando el agotamiento que no se remedia con el descanso. Es un cansancio emocional que te causa ansiedad y tensión.

Como quien no quiere la cosa, tus tareas no son acometidas por tí con la misma eficacia.Tu rendimiento laboral está sufriendo una notable disminución.

Y más de ésto te empieza a afectar en el plano físico en forma de fuertes dolores de cabeza, problemas gastrointestinales y trastornos del sueño tales como el temido insomnio.

Y la pescadilla se muerde la cola y empieza el círculo vicioso insomnio- cansancio- irritabilidad- problemas de conducta- agotamiento físico y psíquico.

¿Reconoces en tí parte o la totalidad de estos síntomas?

Si es así podrías estar padeciendo lo que se conoce como el "Sindrome del quemado o burnout" o síndrome del trabajador desgastado o consumido. Este síndrome no está reconocido como trastorno mental propiamente dicho pero si es mencionado en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Es más bien conocido como un problema de no saber manejar las dificultades que nos va presentando la vida.

El burnout es considerado una enfermedad profesional asociada al trabajo y los afectados están sometidos a un estrés de tipo constante y a gran tensión y sobrecarga laboral. Ésto ocasiona el efecto de "cabeza quemada" de muchos trabajadores. Diversos estudios confirman que las mujeres sufren este síndrome en mayor porcentaje que los hombres.

Profesiones más expuestas a padecer burnout.

Personal docente es uno de los típicos colectivos que más posibilidades tienen de "quemarse" en su puesto de trabajo. Le siguen el personal sanitario (médicos, enfermeras, psiquiatras, psicólogos), los trabajadores sociales, los administrativos, los teleoperadores, miembros de las Fuerzas Armadas, ingenieros y deportistas de alto rendimiento.

Y si ya ha aparecido, ¿cómo lo puedo combatir?

Primeramente ha llegado el momento de reconocer que lo estás pasando. Posteriormente hay que dar el alto a esta situación de estrés crónico y realizar un cambio de rumbo.

Estrategias para combatirlo:

- Aprende a vencer al "no puedo" porque sí que se puede. La fuerza y la motivación están en tí y debes sacarlas fuera.

- A veces el objetivo a alcanzar es muy exigente o dificilmente alcanzable. Trata de ir paso a paso sobre seguro, planea y organiza tu tiempo y te será más fácil. Date un premio cuando llegues a la meta propuesta.

- Cuida tu alimentación y tus hábitos de vida. Cuando estés fuera de tu puesto de trabajo haz ejercicio, desconecta y pasa tiempo con los tuyos.

- Prueba hobbies o aficiones nuevas que te llenen y te ayuden a desfogar ese estrés que sientes.

- Realiza técnicas de relajación y de canalización de estrés.

- Si te lo puedes permitir haz un stop y coge unos días o unas vacaciones. Volverás con una perspertiva distinta y más fuerte hacia el problema.

- Y sobre todo no te rindas y si la situación se torna insostenible considera cambiar de trabajo.

Debemos tomar las riendas y el control sobre nuestras emociones y obviar los comentarios negativos que puedan llegar a condicionar nuestras vidas.