Desokupa se creó en el año 2015, a partir la propia experiencia personal. Víctimas de ocupaciones ilegales en viviendas que estaban desabitadas, los integrantes de este comando optaron por recuprarlas de una manera que va en paralela a la judicial.
Es una empresa que se ha especializado en la intervención y recuperación de inmuebles usurpados y ocupados de manera ilegal. El servicio que brindan a cientos de clientes al mes es legal, según especifican en su web y rápido, algo que valoran por demás los contratantes, cansado de ver sus propiedades habitadas por extraños.
El equipo que integra Desokupa está conformado por cerca de 14 personas, según cuentan en la organización. "Desde titulados superiores y licenciados hasta auxiliares administrativos, y todos practican deporte."
Lejos de las pérdidas económicas o los avatares que todo nuevo emprendimiento debe sortear los primeros años de funcionamiento, en Desokupa reciben "60 llamadas diarias y desde el comienzo de año llevamos 40.000 visitas a la web", comenta Zusene al lado otro del ordenador. Desde el 2015 la demanda de sus servicios han crecido en un 66%
Zusene cuenta que la negociación con los okupas es tensa. Dependiendo del caso ante que se esté, en ese intercambio puede haber hasta algo de dinero para que los habitantes ilegales se marchen.
Solo en muy pocos casos ha ocurrido eso, porque de lo contrario entrarían a negociar con las mafias Okupas y no es la intención de ellos. Pero si reconocen que en algunas negociaciones donde los okupas tenían niños, se les ha dado un monto mínimo de dinero para que pudieran costear los gastos de las primeras noches.
¿Se puede prevenir la ocupación ilegal?
¿Hay algo que el propietario pueda hacer para impedirlo?
"Se pueden tomar las medidas de seguridad pasiva necesarias y se puede contratar un seguro", sostiene Zusene ante un problema que crece en el país.
¿Es probable que movimientos como Desokupa surjan porque el Estado no da garantías ni protección suficiente? Desde la organización son rotundos "no", contesta Zusene.
Cada una de la acciones de esta organización está asesorada y respaldada por abogados que garantizan que, todo lo que se realice, esté dentro de la ley. En una primera instancia, se intenta una negociación con los ocupantes ilegales, en términos cordiales, dentro de lo que la situación propone.
Si la primera intermediación falla, la organización recurre a un equipo jurídico para avanzar tanto en el procedimiento ejecutorio como por la vía legal. Esta metodología es la que más tranquilidad presta a los clientes que recurren a ellos.
Desokupa no se cansa de repetirlo, respetan a las personas y a las leyes, ante todo. Su trabajo consiste en ponerle fin a la situación de vulnerabilidad que sufre la propiedad privada.
Un problema que, a su vez, esconde otros muchos delitos.
Cabe destacar que muchas propiedades usurpadas se utilizan con un doble fin, ser habitadas como vivienda convencional, pero también para cultivar marihuana, o dar escondite y guarida a delincuentes.