No ayudar es imposible si en el camino se ha cruzado el Padre Ángel. Su humildad y simpatía han abierto un sinfín de posibilidades de solidarizarse con los que menos tienen. Desde los niños, los ancianos, las personas sin techo y los refugiados. No existe un colectivo de los llamados desfavorecidos, al que Mensajeros de la Paz, no intente ayudar.
La Fundación creada por el Padre Ángel García Rodríguez, nació en 1962. En la actualidad colabora en más de 50 países.
En marzo, el Padre Ángel cumple 80 años, lleva 56 años como sacerdote y prácticamente la misma cantidad, ayudando a los demás.
Quedan poco párrocos como él, activos, humildes, servidores, solidarios y sensatos. Cuenta que, a los 12 años, quería parecerse al cura de su pueblo, La Rebollada, en Mieres, y ayudar a los que lo necesitaban. Su sueño se ha cumplido, ha sabido tanto ayudar, como enseñar a hacerlo. Los voluntarios, organizados según las posibilidades de cada colaborar y la demanda de la fundación, reparten cerca de 400 desayunos y bocadillos diarios en la Iglesia de San Antón.