No es la primera vez que título uno de mis artículos con la palabra "homofobia", lo cual en el fondo es desagradable. La homofobia es ese odio visceral a la gente homosexual. ¿En qué se basa este odio? Siendo finos hablaré de incultura, simplemente. Incultura que se riega constantemente por muchos medios de comunicación y sobre todo, por comentarios entre ciudadanos, quienes deciden que ser maricón o bollera es 'algo terrible'. Pero la pregunta es ¿por qué es terrible? ¿Seguimos con los tópicos absurdos de hombres suaves y cobardes cuando hablamos de homosexuales masculinos?

¿Los mismos tópicos sobre las mujeres homosexuales, pero en el sentido de agresivas y feas?

Mayoritariamente la población respeta a la gente homosexual, pero siempre hay que destacar a los cuatro descerebrados que un día deciden agredir a otros conciudadanos simplemente por el hecho de amar a alguien de su mismo sexo. ¿En qué parte de toda esta historia se puede explicar este odio? ¡En ninguna!

Hemos entrevistado a Pablo, encargado de la Cafeteria Eskina Mosku de irún, y su historia nos traslada a la España de hace varias décadas.

La cuestión es quizá más terrible por la parsimonia tanto del Ayuntamiento de Irún, como de las fuerzas de seguridad de la localidad, quienes, entre dimes y diretes van alargando el tiempo.

Finalmente las agresiones continúan, lo cual no es explicable de ninguna manera.

Cinco denuncias físicas en Comisaria, y bastantes más llamadas a la Policia autonómica explicando en directo "nos están agrediendo". ¿Por qué continúan estas barbaridades? ¿Tan dificil es actuar contra unos 'asalvajados' que insultan, amenazan y tiran objetos a unos trabajadores?

Se da el caso que alguno de estos trabajadores ha abandonado su trabajo por miedo, y esto es terrible en pleno siglo XXI, simplemente porque no hay resultados, expliquen desde el Ayuntamiento lo que expliquen.

Cuando un anunciado es insultado, amenazado y agredido, se debe de frenar en seco, como dice Pablo, el encargado del bar, se puede hacer 'educando' en la igualdad, pero la realidad es que las amenazas continúan, y las agresiones, y los trabajadores tienen miedo.

¿Alguien me lo explica?