Hacía dos meses de la muerte de Franco, en la cama y sin haber sido juzgado por sus crímenes. Todavía quedaban restos de su Régimen político, sus herederos estaban en el poder, entre ellos Carlos Arias Navarro, cuya falta de carisma e ideas arcaicas no conectaban con la gente.
Este domingo, el diario catalán Ara publicaba un magnífico artículo de Albert Om, periodista y presentador del exitoso programa “El convidat” de TV3, titulado “Pequeña historia de la gran foto de la Transición en Barcelona”, donde se ve a un grupo de policías de la época con casco, los temidos “grises”, apalizando despiadadamente a pacíficos manifestantes, que apenas pueden parar los golpes que reciben.
Una foto que, con la actual “Ley Mordaza”, se consideraría delito, aunque la víctima tuviera razón, y que sólo podría publicarse en la Prensa extranjera, sin temer las protestas del Gobierno español o de sus Embajadores en los países que las hubieran publicado, o las amenazas de boicot a productos de aquellos países.
Pues en febrero de 1976, ciertas fotos estaban prohibidas por la censura franquista, que consideraba, digamos, santa a su Policía, y se volvía loca desmintiendo a toda velocidad que aquello hubiera pasado, cuando aparecía en Le Monde, el diario más combativo contra Franco, fotos como la que mostramos aquí.
Cuenta Albert Om que en la mañana dominical del 1 febrero 1976, Manel Armengol, vecino de Badalona que entonces tenía 26 años, compró varios diarios extranjeros en un quiosco de las Rambles, todos bien provistos de ellos.
Quería anotar las direcciones de sus redacciones para escribirles y mandarles por Correo o dándoles sobres a pasajeros catalanes del Aeropuerto de El Prat que fueran a volar al extranjero. Incluye una tarjeta de visita con su nombre y apellidos: Manel Armengol i Cervera.
Pasan unos días y Armengol recibe en su casa una carta del The New York Times.
Le dicen que recibieron su carta y que publicaron las fotos que él les envió. Adjunto, un cheque por 150 dólares USA y el recorte del diario con la foto.
Las fotos son de una manifestación a favor de la amnistía de presos políticos, entonces todavía en la cárcel y que no saldrían del todo hasta la legalización del Partido Comunista en 1977 y las elecciones de ese año.
Sánchez Terán, Gobernador Civil de Barcelona de entonces, prohibió esa manifestación, pero la gente no se asustaba y salió a la calle. Entonces, Armengol inmortalizó aquellos disturbios y la Transición a la Democracia en España fue más rápida que nunca.
Armengol ofreció sus fotos a “La Hoja del Lunes” y a otros de Barcelona, pero ninguno se atrevía a publicarlas. “Si publico esto, nos cierran el diario”, decía el director de LHDL. Entonces, decidió enviarlas a la Prensa extranjera, y aparte el The New York Times, también Newsweek, Der Spiegel, Paris Match, Le Nouvel Observateur o Stern las publicaron, hundiendo para siempre la imagen de la España post-franquista en el exterior. Un ejemplo: 1.500 turistas extranjeros anularon sus vacaciones en España al ver aquellas terribles fotos.
“Los americanos quieren vivir tranquilos”, sentencia el diario italiano Il Corriere Della Sera. En España tardaron un año en poder publicarse.
Armengol, que tiene ahora 66 años, vive en la pobreza y al borde del desahucio. No se sabe si el Ayuntamiento de Ada Colau le ofrecerá vivir en un piso social y se podrá salvar su archivo fotográfico. Dice que no sabe si ahora hablará de su famosa foto o de su experiencia personal actual.