Recientemente apareció un polémico vídeo en la plataforma FilmingCops (asociación encargada de denunciar los casos de brutalidad policial) en el cual se muestra como el agente de policía Jeffery Banks, agrede brutalmente a un niño de 12 años de edad.
Según las declaraciones de quien tomó el vídeo, el niño se encontraba jugando con sus amigos montado en monopatín detrás de un centro comercial, cuando apareció un coche patrulla que los Niños simplemente ignoraron mientras éste estacionaba. Tras un rato con el coche aparcado, el agente gritó al niño desde el interior "¡Entra en el coche!", a lo que el niño respondió "¿Por Qué?", tras lo cual el oficial advirtió "Porque no te gustaría quedarte fuera"
Los testigos aseguran que tras la amenaza, el niño se asustó y siguió patinando en lo que parecía un lugar seguro alejado del policía, y fue entonces cuando el agente se acercó por detrás derribándole brutalmente ante el asombro de sus compañeros. Tras atacar al niño por la espalda, el oficial Banks le dio la vuelta en el suelo inmovilizándolo y empezó a estrangularlo para finalmente reducirlo mediante el uso de una pistola eléctrica.
El vídeo muestra el momento en el que el agente Banks estrangula al niño y como posteriormente utiliza la pistola eléctrica provocando que el niño se retuerza y grite de dolor en el suelo pidiendo auxilio. En el vídeo se escucha como el oficial de policía grita al niño "¡Pon tus putas manos detrás de la espalda!" a lo que el muchacho responde "No puedo" ante la perplejidad e impotencia de los observadores que no dejaban de repetir "es solo un niño" y reclamaban la presencia de otro policía para evitar que el abuso por parte del agente Banks llegara a más.
El vídeo finaliza cuando el policía introduce en el coche al niño de 12 años esposado para, según los testigos, luego proceder a la confiscación de los teléfonos móviles de todos los presentes para eliminar sus vídeos, confiscación a la cual sobrevivió el teléfono del propietario de la grabación al esconderlo dentro de su ropa interior. Los testigos declararon "Después de lo que habíamos visto teníamos miedo, creíamos que nos iban a electrocutar a nosotros también"
Ante la polémica levantada por las imágenes de este supuesto caso de brutalidad policial, el sheriff Bill Gore defendió al agente agresor bajo el argumento de que se trataba de "un menor fuera de control" que supuestamente había mordido en el brazo al oficial de policía, hecho que los testigos negaron rotundamente. Según las autoridades el niño se había escapado de casa dos días antes del suceso, y fue su propia madre quien presentó la denuncia en la comisaría.
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