El 1 de junio del 2006, fallecía en Madrid, por consecuencias de un cáncer de páncreas, una de las voces más célebres de España y considerada la 'más grande': Rocío Jurado. La artista dejó por escrito que su hija, Rocío Carrasco, fuera su heredera universal, dejándole varios inmuebles a parte de los derechos de sus canciones y muchas de sus pertenencias personales. La que fuera mujer de Antonio David Flores se fue deshaciendo de los inmuebles patrimonio de su madre y, tal y como recoge la revista Semana, ha vendido la última finca que le quedaba en sus manos.
Rocío Carrasco ha vendido la última propiedad de su madre
Según la revista especializada en el mundo del corazón, Rocío Carrasco ha vendido la finca 'El Administrador', una propiedad en la que Rocío Jurado pasó unos años viviendo con su primer marido, el boxeador Pedro Carrasco, y que hace años estaba en un estado de completo abandono. Tal y como revela la citada revista, la madrileña ya no era la propietaria del inmueble, por lo que ha finalmente conseguido vender, tras años de intentos frustrados, desde el 2016. Asimismo, como ha descubierto Semana, ha habido una sustancial rebaja de su precio, pasando de los 2 millones de euros iniciales a entre 600.000 y 800.000 de euros del precio final, sellando un acuerdo con el grupo Nivel 29 S.L.
, una empresa especializada en la explotación y promoción inmobiliaria.
La finca cuenta con casi 400.000 metros cuadrados que hospeda un edificio, ahora en ruinas, que era una reproducción de un cortijo andaluz de casi 1.500 metros cuadrados de superficie, repartidas en dos plantas. La mansión tenía también viñedos e, incluso, bodega propia.
Montealto también está en estado de abandono
Este verano se supo que había sido de la emblemática finca Montealto, la mansión favorita de la artista de 'Como una ola' que la eligió para pasar sus últimas días y que el pasado febrero Telecinco hizo una replica de dicha mansión para el documental presentado por Jorge Javier Vázquez, "Montealto: regreso a la casa".
El inmueble que esta ubicado en la exclusiva urbanización madrileña de La Moraleja, se ha convertido en una casa derrocada que incluso se subastó en el 2017.
Su estado de dejadez, queda lejos de aquella época hecha de cenas memorables en el comedor de la finca donde Rocío Jurado, arrancaba cantando sus éxitos o las canciones que solía cantarle cuando era solo una niña. Además, tal y como contó Rocío Carrasco, fue el lugar donde compartía confidencias con su progenitora, siendo la cocina el lugar donde confesó a su madre que estaba embarazada de su segundo retoño, David, o que tenía intención de separarse del que, hasta ese entonces, fuera su marido: Antonio David Flores.