Bárbara tiene algo más que un rey en su apellido: lo tiene en su pasado. Y esa supuesta relación con el emérito la está por llevar al recinto del Senado. En realidad, su nombre real es María García García y la Cámara Alta ha aprobado una solicitud encauzada por el partido valenciano Compromís para que la vedette dé las explicaciones correspondientes con respecto a si recibió dinero proveniente de las arcas del Estado con el objeto de no hacer pública la presunta relación que mantenía con su majestad, el rey Juan Carlos I.

Una comisión hará la citación a Bárbara Rey al Senado

El próximo paso, después de la aceptación del pedido, es la recepción de la misma en la Comisión de Interior, conformada por tres miembros del PSOE y del Partido Popular (PP). La comisión es quien pondrá la fecha y hará la convocatoria fehaciente de Bárbara Rey con fecha para su comparecencia en el Senado para dar respuesta a las cuestiones formuladas por Compromís.

El senador Carles Mulet, de Compromís, es quién ha impulsado el trámite porque “estamos hablando de una enorme malversación de fondos reservados, que por muy materia de secreto de Estado, no pueden estar destinados nunca a comprar el silencio de las aventuras sexuales del monarca emérito".

De esta manera, lo que se busca es que Bárbara Rey hable de las informaciones publicadas por diversos medios en donde se afirma que recibió dinero de fondos reservados por parte de personas del ya inexistente Centro Superior de Información de la Defensa (CESID).

La vedette habría recibido grandes sumas de dinero por su supuesto silencio

Diferentes fuentes afirman que Bárbara Rey habría ‘chantajeado’ al monarca y al Estado con divulgar una supuesta relación sentimental con el rey Juan Carlos I con la publicación de grabaciones de carácter íntimo. De esta manera, habría recibido enormes cantidades de dinero por distintas vías para evitar esta catastrófica divulgación para la monarquía.

Concretamente, se habla de cinco millones de euros recibidos durante cinco años (2000 a 2005) por conducir un programa de cocina que se emitía en Canal 9 llamado ‘En casa de Bárbara’ a las 11:30 h. La cuestión es que Bárbara Rey no era cocinera y su experiencia entre ollas y sartenes era poco menos que inexistente.

No la alcanza la obligación de asistir

Otra vía de dinero emergido con el mismo motivo, silenciar a la mujer sobre la supuesta relación con la cabeza de la Casa Real, lo anota el excomisario José Manuel Villarejo quien deja blanco sobre negro que por pedido del popular José María Aznar, se había hecho el pedido de pagar a través de la petrolera Repsol la suma de, al día de hoy, 1,8 millones de euros.

Situaciones similares ocurrieron a través del Banco Santander y de Telefónica.

Pese a las graves acusaciones, Bárbara Rey no está obligada a asistir cuando le llegue la citación, "aunque sería una buena oportunidad” en palabras de Compromís. Las comparecencias no son obligatorias para personas que no ocupan cargos públicos, salvo en el caso que la citación provenga de una comisión de investigación. Y este no es el caso.