La muerte de doña Ana ha supuesto un antes y un después en la vida de los miembros de la familia Pantoja. Con el adiós de la matriarca, son muchos los frentes que se han vuelto a abrir alrededor de Cantora, uno de los más inesperados la ruptura en la relación entre Kiko Rivera y Anabel Pantoja. Un alejamiento que resulta todavía más chocante cuando, en el momento del fallecimiento de su abuela, el DJ se encontraba en La Graciosa para asistir a la boda de la colaboradora de ‘Sálvame’.

Anabel habría hecho dudar a Kiko sobre si acudir, o no, a Cantora

Era la propia Anabel la que, el pasado fin de semana en ‘Sábado Deluxe’ reconocía que el hijo de Isabel Pantoja había dejado de seguirle en las redes sociales y que, ni siquiera, le había felicitado por su recién estrenado matrimonio. Una situación que nadie entendía y que ha sido Kiko Matamoros, en ‘Viva la vida’, el que se ha encargado de explicar. Según el colaborador, habría sido la propia Anabel la que habría sembrado la duda en su primo en si asistir, o no, a Cantora tras la muerte de doña Ana, asegurándole que no le abrirían la puerta porque 'no es bien recibido’: ‘que Isabel ya no le considera ni su hijo’. Algo que Kiko había descubierto que no es cierto y que le habría llevado a pensar que su prima habría estado ‘enturbiando’ la relación con su progenitora durante todo este tiempo: 'ya no se fía de ella'.

Y es que, al parecer, fue Raquel Bollo la encargada de convencer a Kiko para que, a pesar del mal momento en el que se encuentra con la cantante, deje a un lado las diferencias y vaya hasta Cantora para estar cerca de su madre. Una información que ya apuntó Belén Esteban, quien aseguró que la amiga de Isabel jugó un papel fundamental en la decisión del DJ de regresar a la finca.

Que no te pese toda la vida el no haber estado ahí’, le habría dicho Bollo nada más conocerse la noticia.

Cariñoso reencuentro entre madre e hijo

El programa ‘Viva la vida’ también ha sido el encargado de desvelar qué ocurrió cuando madre e hijo se vieron las caras después de más de un año de conflictos y desavenencias. Según las informaciones, ambos se fundieron en un abrazo nada más verse y comenzaron a llorar.

Fue entonces cuando la tonadillera le hace entender a su hijo que se alegra de verle y que nunca le había prohibido la entrada a la finca. Pese a los interminables asuntos pendientes, tanto Kiko como Isabel decidieron dejar aparcados los conflictos en honor a doña Ana, aunque la cantante quiso dejar muy claro a su hijo que siempre le querrá, algo que provoca un cambio de actitud del marido de Irene Rosales sobre Anabel, que abandona Cantora convencido de que su prima le ha jugado una mala pasada, ocultándole la verdad.

Ambos estaban en contra de la boda de Anabel y Omar

Antes de abandonar Cantora y regresar a su casa de Sevilla, Kiko e Isabel tuvieron tiempo de hablar de la boda que Anabel celebró en La Graciosa.

Una celebración que madre e hijo no veían con buenos ojos ante las circunstancias de la situación, razón por la que el cantante habría llamado a Irene y le habría pedido que regresara a casa junto con sus dos hijas.