La muerte de doña Ana sorprendió a gran parte de la familia Pantoja en La Graciosa, donde Anabel Pantoja iba a contraer matrimonio este viernes. Entre los asistentes que ya se encontraban en la isla estaban Kiko Rivera e Irene Rosales con sus dos hijas, quienes rápidamente decidieron volver a viajar hasta la península para que el DJ pudiera despedirse de su abuela.

Kiko e Isa consiguen entrar en Cantora a pesar de la negativa de sus tíos

Tras la frustración inicial de Kiko, que denunciaba haberse enterado de la noticia por la prensa, y la advertencia de que no sería bien recibido en Cantora, el hijo de Isabel Pantoja se armó de valor y acudió a la finca con el objetivo de poder dar un abrazo a la cantante.

Y es que a pesar de las disputas familiares que han mantenido a la familia rota durante más de un año, el deseo del DJ en estos momentos es dejar todas las diferencias a un lado y centrarse en una despedida calurosa para doña Ana.

Tras varios vuelos y un ferry, Kiko, acompañado también por su hermana Isa, su prima Anabel y Raquel Bollo, amiga íntima de la familia desde hace muchos años, llegaba a Cantora alrededor de la una y media de la madrugada, en un coche conducido por su amigo Manuel Cortés, hijo mayor de Raquel.

Según apunta José Antonio León, reportero de ‘Sálvame’ que se encuentra en las puertas de la finca desde que saliera a la luz la noticia, el cantante permaneció alrededor de dos horas dentro de la propiedad, donde también se encontraba su tío Agustín Pantoja, con el que mantiene un conflicto en los tribunales por, entre otras cosas, estafa y apropiación indebida.

Fin a un año sin entrar en Cantora

Con su visita, Kiko ha vuelto a Cantora, lugar que no pisaba desde hace un año, cuando, el 2 de agosto de 2020, la unión de Isabel Pantoja y sus hijos saltó por los aires. Una fecha que el DJ no solo recordará por ser el cumpleaños de la artista, sino también porque fue cuando el marido de Irene Rosales descubrió la gran mentira de su madre al descubrir, por casualidad, que en la habitación de Paquirri, que siempre se encontraba cerrada con llave, se encontraban los objetos personales del torero que la cantante aseguró le habían robado.

Un descubrimiento que llevó a Kiko a seguir indagando sobre la herencia de su padre y descubrir más engaños y mentiras por parte de su progenitora.

Quien también hacía mucho que no visitaba la finca más famosa de España era su hermana Isa. La hija pequeña de Isabel acudió por última vez a Cantora el 23 de diciembre, cuando tuvo que saltar la valla para poder ver a su madre. Así lo reconoció la colaboradora en ‘El programa de AR’: ‘mi madre está mal, no quiere estar con nadie ni ver a nadie. Es ella la que quiere estar al margen’.