Ana Martín, más conocida como doña Ana y madre de Isabel Pantoja, ha fallecido este miércoles a los 90 años, tras no poder superar los problemas de salud que arrastraba en las últimas semanas. La matriarca del clan Pantoja pasaba por varios altibajos que le habían llevado, incluso, a ser ingresada en el hospital.
El pilar más importante para su hija Isabel
Doña Ana ha sido una de las personas más importantes en la vida de la cantante, quien no se ha separado de ella en ningún momento, sobre todo desde que a su progenitora le diagnosticaran Alzheimer hace algunos años.
Desde entonces, la tonadillera solo habría permanecido alejada de la abuela de Kiko Rivera durante su participación en ‘Supervivientes’ en 2019, etapa en la que sufrió uno de sus ingresos.
La noticia de su fallecimiento coincide con la boda de su nieta Anabel Pantoja, quien se casaba este fin de semana. Pero también con el enfrentamiento familiar entre Isabel y sus hijos Kiko e Isa, con la que Ana mantenía una disputa desde hace años y con la que no mantenía ningún tipo de relación.
Un apoyo y protección fundamental en la carrera de la cantante
Sin duda, la muerte de doña Ana supone un duro revés para su hija Isabel, con la que mantenía un vínculo inquebrantable. Precisamente por el amor que procesaba a la cantante, estuvo ajena a las mayores polémicas de la vida de la tonadillera.
Y es que, según comentan algunas malas lenguas, la matriarca habría fallecido sin saber que su heredera, incluso, ingresó en prisión.
A pesar de no haber concedido nunca ninguna entrevista, doña Ana acompañaba a la artista a multitud de conciertos, donde se ganó el apodo de ‘madre helicóptero’, por la protección y apoyo que le brindaba durante el espectáculo.
Pero, sin duda, fue con la muerte de Francisco Rivera ‘Paquirri’, cuando Isabel encontró en su madre el mejor hombro donde llorar en el peor momento de su vida.
Al igual que Isabel, quedó viuda muy joven
Ana, hija de frutero, se casó en 1952 con Juan Pantoja Cortés, cantaor y letrista de flamenco popular en su época. A pesar de no ser tan conocida, la matriarca del clan Pantoja también alcanzó el rango de artista, al convertirse en bailaora en las compañías de Pepe Pinto y Juanita Reina.
Pero su papel como madre de cuatro hijos -Juan, Bernardo, Agustín e Isabel- la llevaron a abandonar su sueño de bailar y adentrase en la vida de madre de familia.
Una familia que, hasta el éxito como cantante de Isabel, también le tocó pasar penurias. Doña Ana se quedó viuda en 1974, con tan solo 43 años y, desde entonces, no se le volvió a conocer pareja alguna. Y es que para Ana lo principal no era tener otro hombre a su lado, sino estar cerca de los suyos y protegerles, función que ha desempeñado hasta el último momento, sobre todo con Isabel y Agustín.