Sigue el rastreo en profundidad de la casa y el terreno de 2.000 metros de Tomás Gimeno a la espera de un sonar y un robot marino, cuando se cumplen 21 días sin saber el paradero de las pequeñas, pero con pocas esperanzas de hallarlas con vida.
Cómo son Junco y Bill y que tarea realizan
Cada centímetro de la finca está siendo rastreado por estos dos perros, Junco, un perro de aguas de tan solo dos años y Bill un pastor belga de un año, tienen un olfato cinco veces superior al humano, son inteligentes y están entrenados para buscar restos biológicos.
Son la UCO canina, capaces de detectar sangre o fluidos en una prenda lavada cinco veces, incluso a altas temperaturas. Pueden encontrar el más mínimo rastro y algo sucede en casa de Tomás Gimeno, cuando los registros se suceden y ahora se lleva a estos dos especialistas, ya que los investigadores, creen que el padre de las niñas pudo utilizar bolsas de basura para ocultar los cuerpos una vez perpetrado el asesinato.
La casa que se encontró la Guardia Civil estaba muy sucia y totalmente desordenada e insalubre. El terreno lleno de hierbajos muertos y lo más terrible, con algunas partes de tierra removidas recientemente, lo que ha hecho que aumente la hipótesis de que las niñas hayan sido asesinadas.
A pesar de estar rastreando el terreno a conciencia, los investigadores opinan que, si el padre las asesinó en la casa, probablemente permanecieron poco tiempo en ella y que los petates que llevaba cuando embarcó contuviesen los cuerpos de las niñas dentro de bolsas de basura. Por ello se está a la espera del sonar y un robot marino que rastreará el fondo marino en los próximos días.
Casi ninguna esperanza en hallar a las niñas con vida
Demasiados días sin saber nada de las niñas y el estado de suciedad y abandono de la casa del padre, supondría que llevaba días en un estado anímico alterado, que no hace presagiar nada bueno respecto a lo que pudo pasar por la cabeza de este hombre, de quien ni sus amigos ni la madre de las niñas quieren creer que haya hecho algo irreparable.
Pero los investigadores están cada vez más convencidos de que pudo trasladar los cadáveres de las niñas en los petates y arrojarlos al mar desde su embarcación lastrados por el ancla y piedras, ya que cuando lo encontraron a la deriva, el ancla no estaba y una ex pareja asegura que la lancha contaba con ella.
Un testigo habría aportado un hecho muy revelador y por ello el juez ha autorizado la búsqueda en el mar con todos los medios disponibles, aunque fuentes de la investigación le decían hace unos días a un periodista de investigación, que si las niñas están en el mar será muy difícil encontrarlas y por tanto solucionar el caso.
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, ha declarado que el Instituto de Oceanografía, colaborará con todos los medios a su alcance para dar luz a este trágico asunto. Más de 70 personas de medios terrestres y aéreos participan sin descanso en la búsqueda, ya desesperada, de Anna y Olivia.