No hay paz entre Isabel Pantoja y su hijo, Kiko Rivera; así lo ha aclarado el propio dj en una entrevista que ha concedido, en exclusiva, para una conocida revista del corazón. El hijo de la tonadillera ha pasado de la rabia a la angustia de ver que su guerra familiar no tiene fácil solución.

El papel de abuela ha sido cuestionado por Kiko

Lejos de calmarse, el ex-concursante de Supervivientes ha objetado duramente sobre el papel que está desarrollando la cantante en calidad de abuela . De hecho, el joven considera que su madre está siendo una abuela nefasta, ya que, a causa de su orgullo, no quiere dar su paso para hacer las paces ni siquiera por tener sus nietos cerca.

Isabel Pantoja no llama a sus nietos

Durante la entrevista, el joven ha confesado que la tonadillera sigue sin llamar a sus nietos y que su hija Ana, nacida de la unión del sevillano con Irene Rosales, se ha dado cuenta que las cosas en familia no están bien, porque no ve a su abuela desde hace mucho tiempo. Asimismo Kiko ha reconocido, desesperado, que ya no sabe que excusa decir a su niña.

El joven le recuerda que tiene descendientes

El hijo del difunto torero Francisco Rivera, ha mostrado, una vez más, su dolor por la actitud que está teniendo la jurado del talent Idol Kids con sus tres hijos. El joven le ha recordado que tiene tres nietos, y, aunque él tenga problemas con ella, ellos no tienen la culpa, unas palabras cargadas de dolor y que, todavía, no han recibido respuesta alguna.

Isabel Pantoja le debe cinco millones de euros

Kiko ha declarado que su madre tiene una deuda económica con él, admitiendo que la artista le debe más de cinco millones de euros. Según ha explicado el dj ya han acudido unos cuantos compradores a Cantora para quedarse con su parte de la finca que está a la venta, aproximadamente, entre 1'5 y 2 millones de euros.

Además, el primogénito de la cantante ha confesado que no ha podido enseñar el interior de la casa porque su madre todavía está viviendo allí

El marido de Irene Rosales cree que su tío Agustín está amargando a la artista y , por ese motivo, afirma que le gustaría ver otra vez encarcelada, lejos de ambiente tóxico que, según las palabras de Kiko, se está respirando en Cantora.

Además, confiesa que Agustín tiene los días contados en la finca familiar, ya que le echará a la calle en cuanto fallezca Doña Ana, su abuela y madre de la tonadillera

Se está sometiendo a una terapia de recuperación

A causa de esta delicada situación familiar, el joven confesó a su amiga, Sofia Cristo, que tiene miedo a recaer, otra vez, en la drogadicción y pidió a la joven su ayuda. A tal propósito , Kiko acudió a una clínica de rehabilitación para intentar vencer sus miedos y poder, finalmente, tener una vida más tranquila.