Violeta Mangriñán que se dio a conocer a través del programa Mujeres y Hombres y Viceversa ha confesado en Sálvame llevar sufriendo un trastorno alimenticio desde hace dos años y medio. Violeta destacó no sólo por su físico, sino por su abrumadora personalidad, lo que hizo que tuviese varios pretendientes cuando era tronista, teniendo ahora más un 1 millón de seguidores en Instagram y habiendo realizado varios trabajos como modelo y embajadora de marcas.

El suplicio que sufre en silencio

Durante su visita a Sálvame, Violeta Mangriñán se derrumbó y relató entre lágrimas la obsesión que sufre con su físico, su fijación por estar delgada que en ocasiones le lleva a comer únicamente una manzana y que comenzó hace dos años a raíz de abandonar un tratamiento de pastillas anticonceptivas. Aunque el detonante real de su caída en la anorexia ha sido su pertenencia al mundo de la Televisión y la constante exposición a críticas en las redes sociales por su trabajo como influencer.

Al igual que otras influencers, como Laura Escanes, han confesado a lo largo de su carrera, no es oro todo lo que reluce y la excesiva exposición en las redes puede causar depresión junto con otros problemas psicológicos sino se racionaliza como es debido.

''Está muy bien enseñar la ropita, los viajes... pero también es importante que la gente sepa que tenemos problemas y días de mierda", explicó Violeta.

Rasgos propios de quien sufre la enfermedad

Violeta también relataba cuando ya tenía demasiada hambre y se comía una pizza, en los días consecutivos se autocastigaba mentalmente y se obligaba a no comer o únicamente comer una pieza de fruta para equilibrar la ingesta calórica previa, uno de los rasgos propios de quien sufre la enfermedad: la culpabilidad. También confesaba que ''no sabía cómo hablar de esto'' y que a pesar de sentirse arropada por su pareja y su familia y que ellos no fueran la fuente de su inseguridad, se sentía incomprendida, otro rasgo propio de los que sufren problemas alimenticios.

La importancia de las redes sociales

Muchas influencers y personalidades de la televisión como Tania Llasera han usado de manera concienciada sus redes sociales, cambiando la frivolidad de las publicaciones usuales por el uso de ellas como una plataforma de comunicación. Así movimientos como el #BodyPositive o #MeToo han servido para concienciar a nivel mundial, ser un espacio seguro de comunicación para jóvenes que sufran algún problema de manera silenciada y para dar visibilidad a problemas de este tipo. Quedará por ver si Violeta Mangriñán aprovecha haber alzado la voz y sus miles de seguidores en redes sociales para ayudar a futuras generaciones que puedan sentirse identificadas y reflejadas con ella.