Ayer, María Patiño cometió un error de primero de carrera de periodismo. En pleno directo, la colaboradora se saltó el código deontológico de su profesión en “Sálvame”. La periodista leyó, sin haber consultado previamente con la dirección, un mensaje sobre el enfrentamiento entre la presentadora Alicia Senovilla y su compañera Belén Esteban. El problema era que el mensaje era confidencial y María solo pudo decir “lo siento” al darse cuenta del error.
El código deontológico que deben seguir todos los periodistas es muy claro sobre determinadas cuestiones
Una de ellas es el secreto profesional que es un derecho de cualquier profesional del periodismo, a la vez que tiene la obligación de garantizar la confidencialidad de cualquier de las fuentes que utilice de información.
Pues bien, ayer por la tarde, María Patiño, que está titulada en periodismo por CEADE, un centro privado y homologado, se ha saltado completamente este código en pleno directo en “Sálvame”. Lo hizo en medio de la discusión entre los colaboradores sobre el conflicto que ha separado a Belén Esteban y a la presentadora Alicia Senovilla, que fue colaboradora de Telecinco y asegura ser la presentadora del primer progama que quiso dar trabajo a Belén, hace veinte años, cuando acababa de romper con el torero del momento, Jesulín de Ubrique.
Belén quiso aclarar una serie de declaraciones de la presentadora en una revista
Lo primero, Belén quiso aclarar que el único problema que ha tenido en estos años con Alicia fue negarse a que, el entonces marido de la presentadora, fuera su representante cuando comenzaba su carrera en la pequeña pantalla. Pasados unos pocos minutos, María Patiño protagonizó un momento bochornoso para cualquier periodista y, todo, por intentar meterse en el medio de la discusión para defender a su amiga Belén.
En pleno directo, la periodista leía un mensaje que había recibido a su teléfono por parte del mencionado ex-marido de Alicia Senovilla, Erasmo. Según él, Belén estaba mintiendo en todo, ya que fue ella la que se puso en contacto con él para que la representara. Él no aceptó al no trabajar como representante. No era la persona adecuada para dirigir la carrera de una joven Belén en los medios de comunicación.
El problema vino cuando, después de leer el mensaje, María se dio cuenta que el mensaje terminaba con la petición del propio Erasmo de que el mensaje fuera confidencial y no saliera a la luz. María pidió disculpas, pero lo había leído demasiado tarde. La cara de la colaboradora era un poema y sus compañeros no pudieron evitar las risas al entender la metedura de pata de la colaboradora y no dudaron en bromear con ella.