El príncipe Harry y Meghan Markle están viviendo un momento personal muy complicado después de tomar la decisión de abandonar la Familia Real británica. La pareja ha encontrado la casa perfecta en Malibú; lo que confirmaría que en sus planes entra vivir en Estados Unidos y no en Canadá, como se decía en un primer momento.

La casa perfecta para la pareja cuesta 7 millones de euros

Los últimos pasos dados por la pareja, los duques de Sussex, reforzarían los rumores que aseguran que la pareja iniciará una nueva etapa en California para que Meghan pueda retomar su carrera como actriz.

El matrimonio y su hijo residen, hoy en día, en Canadá, pero tendría el objetivo de vivir más cerca de la madre de la ex-actriz, Doria Ragland, además del interés real de Meghan de volver a actuar.

Según el medio “Daily Mail”, la pareja podría haber encontrado su hogar perfecto

Estamos hablando de una impresionante mansión localizada en Malibú, en el estado de California, ubicada en una impresionante urbanización privada de gran lujo que compartiría con nombres como Robert Downey Junior, Mel Gibson o Caitlin Jenner, viejos conocidos de la actriz.

La casa fue propiedad del actor de Televisión David Charvet (conocido por la serie “Los vigilantes de la playa” y su ex-mujer, la modelo Brooke Burke, que han tenido que poner a la venta la mansión tras llegar a un acuerdo de divorcio tras años de lucha judicial.

La casa posee cinco dormitorios y un jardín de gran tamaño en el que la pareja podrá disfrutar de la naturaleza y podrán practicar deporte, ya que, cuentan con una piscina y una cancha de tenis. El precio de la vivienda es de unos siete millones de euros y la pareja estaría muy interesada en adquirirla.

Los duques están en la cuenta atrás para dejar de ser miembros activos de la Familia Real, ya que, tendrán que salir de la Casa Real el próximo 31 de marzo.

A lo largo de las próximas semanas la pareja tendrá que cerrar varios temas pendientes, lo que harán que tengan que volver a Londres en medio de toda la polémica de su marcha y con los medios de comunicación locales totalmente en contra.

El último acto al que tendrán que asistir será el próximo día 31 de marzo, aunque todos y cada uno de los acuerdos con los que lleguen con la propia reina Isabel II tendrán que ser revisados cada 365 días.

Al final, los Duques de Sussex han perdido la cantidad económica que recibían anualmente como asignación, el despacho ubicado en el Buckingham Palace y el privilegio de emplear el adjetivo “Royal” en sus proyectos, sean profesionales como personales, además de en organizaciones de carácter benéfico. Y, si eso no fuera suficiente, tendrán que devolver una cantidad superior a los dos millones de libras que el Estado adelantó para renovar la casa que la abuela de Harry regaló a la pareja, la Frogmore Cottage.