La Infanta Pilar murió hace unos días víctima de un cáncer de colon tras una lucha de más de un año con varias intervenciones y hospitalizaciones; pero, ahora, se ha descubierto que la hermana mayor del Rey podría haber dejado una herencia millonaria a sus cinco hijos.
Una vez hayan pasado todos los homenajes propios por ser la hermana mayor del Rey emérito, tocará abrir el testamento y saber cuál ha sido la herencia que ha dejado a sus cinco hijos nacidos de su enlace con Luis Gómez-Acebo: Fernando, Simoneta, Bruno, Juan y Beltrán.
Su marido, en vida, se encargó de gestionar todo el patrimonio de Pilar a través de una sociedad civil, San Jacobo SL
El medio digital Vanitatis asegura que Pilar recibió, tras la muerte de su progenitor, la cifra de 131,4 millones de pesetas de la época. Su marido decidió que lo mejor que podría hacer con esa cantidad de dinero era invertirlo y toda su fortuna acabó siendo gestionada por el propio Luis a través de una sociedad, San Jacobo SL, creada en el año 1967. La Infanta Pilar aparecía como única administradora.
Doña Pilar quedó viuda con 54 años de edad y tuvo que hacerse cargo de la herencia de sus hijos, por lo que se sospecha que estos ya recibieron buena parte de su herencia en aquel momento.
O sea, la Infanta Pilar podría haber tenido más dinero si no fuera que necesitó utilizar parte del mismo para sacar adelante a los que aún tenía a su cargo y, desde hace tiempo, eran ellos los que se encargaban de manejar todo el patrimonio de su propia madre.
La propiedad más importante es la casa de Puerta de Hierro (Madrid) donde tuvo lugar el velatorio de la Infanta
Además de depósitos en varias entidades bancarias, fondos de pensiones y acciones en una sociedad tipo “sicavm”, la infanta poseía tres propiedades de gran valor.
En primera posición, la famosa vivienda en la exclusiva zona de Puerta de Hierro, en Madrid, donde tuvo lugar su velatorio: una casa de unos 1000 m2 sobre una parcela de cerca de 2,500 m2.
También poseía un piso de 300 m2 en la calle Velázquez, en plena milla de oro de Madrid; y, un chalé en Calviá, la localidad mallorquina donde solía pasar las vacaciones de verano.
Además, ha dejado una gran cantidad de joyas y de objetos de valor que, lo más seguro, serán repartidos en lotes.
Aún no se sabe qué se llevará cada uno de sus cinco hijos; pero, esta claro que si les tocará un buen pellizco después de llorar la pérdida de su madre el pasado 8 de enero. La realidad es que la fortuna de la Infanta Pilar es un gran misterio, aunque podría ser mayor de lo que se piensa. Solo el valor de la casa familiar en Puerta de Hierro, una de las zonas más exclusivas de la ciudad, podría hacer millonarios a sus cinco hijos.