Jesulín de Ubrique y su mujer, María José Campanario, han decidido conceder una exclusiva en la revista “Hola” donde cuentan la verdad sobre lo que han vivido en estos años: crisis y ofertas muy altas económicas. Además, han sido muy sinceros sobre cómo se inició su relación, la enfermedad que lleva años arrastrando Campanario y los rumores que siempre han circulado alrededor de su matrimonio.

Desde hacía varios años, el matrimonio no concedía ninguna exclusiva, pero, ahora, Jesulín y María José Campanario han posado ante la puerta de la famosa finca Ambiciones, una finca que el torero adquirió cuando solo tenía 16 años de edad, para poder mostrar el rostro más personal del torero.

Desde entonces, alrededor del matrimonio han surgido numerosos rumores de crisis e infidelidades, pero nada ha logrado desestabilizar a la pareja.

Lo que más ha marcado su relación ha sido la enfermedad de fibromialgia que sufre María José desde hace 14 años

En total, llevan dos décadas de relación que ha sido fuertemente marcada por la enfermedad que le diagnosticaron a la odontóloga hace 14 años: la fibromialgia. A pesar de las constantes entradas en centros hospitalarios, ni los constantes rumores sobre infidelidades, la pareja sigue unida y nada ha podido con su historia de amor.

El torero se toma con humor esta parte de la fama, reconoce que les han bombardeado con rupturas constantes. Quizás, los reporteros estaban debajo de la cama y ellos no se enteraban de lo qué estaba sucediendo.

Pero, ahora, la pareja está viviendo un momento muy tranquilo y Jesulín deja claro que nunca pensaron en divorciarse.

En un primer momento, María José tuvo problemas de salud por culpa de la gran presión que sufrió por mantener una relación con el torero

La pareja ha explicado cómo se conocieron: fue en un restaurante donde estaba el torero acompañado con su madre, su madre y algunos familiares.

Fueron unos amigos en común quiénes los presentaron. Después, Jesús les invitó a un café en la famosa finca. Unos meses más tarde, una amiga de María José le dijo que Jesús iba a realizar una corrida en Castellón y que quería que ella asistiera.

En un primer momento, nadie daba un céntimo por la relación. La joven, incluso, necesitó de ayuda psicológica y psiquiátrica para hacer frente a toda la presión.

Pero, ahora, a los 41 años de edad, ve las cosas completamente diferentes. Ahora, por culpa de la medicación que toma, ha engordado ocho kilos pero puede llevar una vida completamente normal. Ahora, consideran que han encontrado los compañeros perfectos de vida, el uno en el otro. Y, nunca, a pesar de todo lo que se ha escrito, han pensado en romper su matrimonio.