Albert Álvarez, semifinalista de la última edición de Supervivientes 2019 ha hablado, por primera vez, sobre las secuelas y los traumas que le ha provocado pasar tres meses en una isla en Honduras y todo lo que ha pasado, en su primera entrevista para la revista Lecturas, en exclusiva.

Albert reconoce que la experiencia de formar parte del concurso es una de las más fascinantes y maravillosas que puede vivir una persona, pero también tiene una parte negativa.

Puede ser una de las experiencias más duras que tengan que enfrentarse a lo largo de su vida y puede llevar a secuelas físicas y traumas muy difíciles de hacer frente.

El atleta reconoce que la experiencia es mucho más dura en realidad de lo que uno puede imaginar en un primer momento

Albert Álvarez es otro más de los concursantes que señalan que la aventura en la isla es mucho más complicada de lo que se puede hacer uno la idea. Desde casa parece mucho más sencillo de lo que es en realidad. Hasta que vives la aventura, no te puedes hacer una idea de lo dura qué es.

El joven ha querido dejar reflejada, en esta entrevista, lo dura que ha sido la experiencia en la isla de Honduras y cuáles son las secuelas, tanto psicológicas como físicas, a las que tiene qué hacer frente, incluso, tres semanas después de haber regresado a España y volver a sus hábitos.

En el caso del atleta y extronista de Mujeres y hombres y viceversa, físicamente, el joven ha perdido un total de quince kilos, pero también ha adoptado una serie de actitudes extrañas y ya está bajo un equipo psicológico para poder superar las mencionadas actitudes tan raras.

Si tiene sensación de hambre, el joven empieza a sufrir ansiedad, algo que no le pasaba antes

Cuando llegó a España, se guardaba toda la comida en el bolsillo, sin darse cuenta, y, aunque no tenga más hambre, tiene que acabarse todo lo que haya en el plato, por miedo a no volver a comer en todo el día. Y, también, cuando empieza a sentir hambre, sufre mucha ansiedad.

Por otro lado, Albert ha tenido una serie de palabras hacia la que fue su principal enemiga durante toda la convivencia en la isla, Isabel Pantoja, con la que sigue enfrentado.

El joven se ha dado cuenta que enfrentarse con la tonadillera y no lamerle el culo, le ha costado el premio final del concurso de supervivencia.

También ha tenido tiempo para hablar de sus problemas psicológicos, por ejemplo, el techo de la habitación en la que duerma, le provoca una fuerte ansiedad, al haber dormido durante meses con las estrellas y la oscuridad como compañeros de sueño. Pero, formar parte del concurso le ha compensado, ya que, ha crecido a todos los niveles y le ha permitido añadir valores a su personalidad.